Sacudí la cabeza en reprobación a la conducta de mi compañero. Tres contra uno? y por sorpresa, sin previo aviso? Tuve un flashback de mis hermosos años de escuela, en donde mi destino no era muy distinto al de ese pobre tentacool. TREBOR!, lo llamé con un grito impropio de mi y le dirigí una mirada que ya por suerte comenzaba a comprender, asique no hicieron falta mas palabras. El joven scraggy ahora a mi cargo se me acercó cabizbajo y arrastrando los pies. Casi me daba lástima... casi. Lo alcé para que no se mande ninguna otra de las suyas cuando...
¡Ey, tu!, exclamó la Líder dirigiéndose a mi. de la sorpresa, mezclada con la parálisis producto de los nervios dejé caer a Trebor al suelo, que me miró con un gesto de enojo, pero al rato fue tras la pandita. y su compañero pelos necios. Cómo me habrá visto en ..... ey! yo no estaba rodeado de gente? a donde fueron todos? y mi escudo humano de dos metros de alto por uno de ancho donde fue?
Miré hacia el mar, donde las chicas aún seguían pescando, asique quedó descartada la idea de safar porque nos tenemos que ir. Caminándo lentamente y casi como un robot, me acerque a la imponente mujer intentando responder. Este... yo? lo dudo.. nunca estube en... acá! Iba a Goldenrod, pero vi el circo y... el monje.... Me llamo Leon... Parkner. Él es Trebor!. Levante los brazos, vacíos por supuesto, hacia la Líder... Eh... estaba... esta ahí.., dije señalándolo. Carajo... jámas había deseado tanto tener una bola humo en mi vida.
Por suerte Cole interfirió, hablándole a la mujer y desviando la atención de mi. Te debo una Cole! Y se que en algún momento de este extraño viaje te la voy a devolver... de alguna forma u otra.
Ya un poco mas calmado, terminé de escuchar la conversación entre los dos grandotes y pregunté Eh... nos vamos? digo, están esperándonos, no?. Pero terminando la pregunta, y como para hacer que se perdiera en el aire, el extraño doctor salió corriendo en dirección a los puestos mercantes, arrastrando consigo a la reportera.
Bien. Muy bien. Grandote musculoso con tres años en el ejército actuando como pelotudo ante la primera sonrisa bonita que ve. Si no fuera porque Darya me podría pescar fácilmente me encantaría tirarme al mar ahora mismo, o hacer que el piso me trague. Eso último me pasó un par de veces en Pacifidlog, aunque nunca cuando lo quería. Quien carajo construye pisos y puentes de madera encima del mar, por dios.
Ah... me esta mirando, creo que me preguntó algo. La puta madre. Dale Cole, usa tu talento de improvisación... que nunca usaste antes.
-Ah... si, jaja. -Deje salir una risita nerviosa, rascándome el brazo izquierdo con una mano. -Eh... sí, lo que quise decir es que somos de Pacifidlog. Lo debés conocer. Imaginate ésta ciudad pero con... noventa por ciento menos suelo, ponele. Ahí sí que o te haces amigo del agua o te convertís en alguien como yo, jaja.
Bueno, al menos no la espanté con mi actuación estúpida, eso es algo. Debe ser eso de que es una líder de gimnasio, la única otra vez que conocí a uno de esos fue cuando nos llevaron de paseo a la marina y me encontré con el bigotudo ese que se especializaba en Pokemon tipo dragón. Nunca en mi vida sentí tanto escalofrío como cuando me miró. Bigotudo de mierda.
Ah, me estoy distrayendo de nuevo. Concentrate, Cole.
-Así que... ¿Buscan un hotel en específico o solamente donde pasar la noche? ¡Ah! Si necesitan un lugar el único sitio que puedo ofrecerles es el gimnasio aunque creo que está en contra de las reglas...
Tragué saliva, incapaz de responder por unos segundos. Eso... no, no era coqueteo. Dejá de tener esperanzas, Cole, nunca en tu vida te salió bien eso. Además, lo del hotel...
-Sí, hay un hotel al que se supone que teníamos que ir. Cómo se llamaba... -Fruncí el ceño, tratando de recordar. -Silvia? No... Selfie? No, eso no significa nada... ah, Selkie! Hay un hotel con ese nombre por acá? Agradecería si nos podés mostrar el camino.
Sin embargo cuando me di vuelta noté que tanto Day como Ollie todavía estaban... pescando. Que raro. Bueno, capaz atrapó algo para cenar; no tengo muchas ganas de pagar por servicio de hotel.
-Esperame un cachito que voy a buscar a mi... uh, compañera? parásito? Amiga. Voy a buscar a mi amiga.
Me dirigí hacia donde se encontraban, tratando de mantenerme a algo de distancia del mar ya que las dos se veían algo empapadas. Esos Magikarp de mierda son peste en todos lados, parece.
-Che Day, Mina... digo, la líder de gimnasio dice que nos puede dar direcciones al hotel. -Le comenté. -Agarraste algo copado? Estaría bueno que agarraras algo de agua con todo lo que te gusta...
Casi ignorándome, Day tiró la caña hacia atrás y casi me da en el ojo con el anzuelo. Sin pensarlo caminé a su lado y le saqué la caña de las manos.
-Tené mas cuidado, pendeja... -Le gruñí, sacudiendo la cabeza. -Acá, te voy a enseñar como se hace.
Con eso dicho tiré el anzuelo al agua y me quedé parado esperando, ceño fruncido. Igual que cuando mi viejo me llevaba a pescar... si, igual de embolante. Dios.
//Percepción+Detección, consigamoles el bichin (?// [dice]0[/dice]
Una, dos, tres pokebolas lance al pescado que se estaba asfixiando, pero ninguna logro encerrarlo.
-Bue, tan terco podes ser, ¿sabes que? Volve por donde viniste- dije pateandolo al mar.
Me sente en el lugar mirando como las chicas intentaban nuevamente con las cañas.
-hey viejo pense que me ibas a enseñar a mi- dije algo decepcionado.
Saque un papel y empeze a armar un pequeño faso, era muy temprano para ponermela, ja a quien engaño nunca es muy temprano.
Cole se acerco e intento con la caña tambien.
-Espero que tengas mas suerte que nosotros, ¿hey viste que linda que es la chica esa? Te vi haciendole ojitos- le dije guiñandole un ojo.
Mire al viejo.
-Che viejo si me hago su aprendiz, ¿me regalaria una caña? Nunca tuve un padre que me enseñara estas cosas ¿sabed? Soy un trotamundos asi que voy por todas partes, capaz encuentre algun lugar unico para lanzar la caña, prometo llamarlo y contarle de mis pescadas, ¿se dice asi?- exhale algo de humo- Va en realidad nose lo que quiero, creo que me gustan las nuevas experiencias ¿vio? Ver cosas que nadie vio antes, supongo que siempre estoy buscando vivir algo que valga la pena. Quedarse en un lugar y vivir siempre la misma rutina, como hacen todos, no se... Siento que es desperdiciar el poco tiempo que tenemos en el mundo. Creo que por eso... Bueno no los quiero aburrir mas, el mar me hace hablar, pasa que es un lugar muy pacifico, parece que todas tus dudas desparecen cuando vez el horizonte, ha, que no era filosofo el pibe. Me pregunto que se esconde en el fondo es tan grande.
-¿¡Pacifidlog!? -Mina gritó con estrellas en los ojos al escuchar a Cole hablar sobre su origen- ¡Siempre quise ir! Tuve la oportunidad de navegar mucho de pequeña, pero más que nada por Johto y Kanto... Espero un día poder irme a regiones más lejanas, aunque ahora... ugmm -la chica volteó su mirada a un costado, y fijó su mirada en su edificio escondido entre otros, pero que lograba destacarse igualmente. Sus paredes parecían brillar gracias a la luz del sol- Bueno -se le notó que por un instante le costó retomar la conversación. La chica sacudió la cabeza y finalmente siguió hablando- ¿El Selkie? Sí, de hecho está cerca del gimnasio, puedo ayudarlos con algunas indicaciones, será a unos 15 o 20 minutos de acá, creo. Ah, creo que uno de tus compañeros tiene problemas -Minato señaló a Ace, que arrojaba pokebolas contra el magikarp que habían dejado exhausto hace unos instantes. Una, dos, tres, parecía que con ayuda de Chloe volvía a usar las mismas una y otra vez, mientras el pez esquivaba increíblemente rápido cada una de ellas, dando pequeños saltos acercándose cada vez más y más al mar. Dos de las pokebolas se rompieron a la mitad, la última terminó cayendo al agua, y el magikarp, que creyó haber encantado a Olivia con sus encantos, volvió al mar gracias a ella, no sin antes levantar uno de sus bigotes en alto hacia Ace, a modo de saludo poco agradable.
Leon quedó solo junto a la lider del gimnasio. Ella se percató rápidamente de cómo el muchacho se encontraba e intentó no atosigarlo. Se lo notaba bastante incómodo, nervioso, tanto que ni se dio cuenta de que los anzuelos lanzados por Darya y Olivia a la par agarraron el 'pantalón' de su scraggy y lo levantaron por los aires, arrojándolo al mar de manera rápida. El peso de la criatura fue suficiente para partir parte de la cañas que tenían las chicas en manos, dejándolas inutilizables. El scraggy volvió nadando, o más bien flotando, gracias que sus pantalones se inflaron en el agua. Cuando lo levantaron para sacarlo del mar, se dieron cuenta que en realidad quien lo había ayudado había sido un magikarp que los observaba con curiosidad. -Uhm... bastante gentil para estas épocas -dijo el pescador observando al pez- No sé ni lo notaron, pero hay mucha actividad de algunos pokémon en la bahía... más de lo normal, especialmente de especies... más débiles. Algunas parecieran venir a buscar refugio a la ciudad, otras se escondieron en las profundidades... En mi vida vi algo así... Algo debe estar sucediendo en su hábitat... -el sujeto levantó la mirada hacia el cielo. -Hace días no se ve la estrella guía, ¿verdad? -Minato se incorporó al grupo, con Leon detrás de ella. Mientras tanto, la pacham de Mel le hacía caras a un tentacool que había aparecido a subirse a la guitarra del artista, ajena a la situación, hasta que el scraggy, todo empapado y con pantalones llenos de agua, se puso a su lado. -Sí... pescar y navegar es complicado estos días... Tenemos varios barcos varados en el puerto, algunos no se animan a salir, dicen que fueron atacados por enormes olas y tentacruels salvajes -asintió el viejo, y reposó su mirada en Ace, que le estaba hablando insistentemente hasta hace unos instantes- Entiendo tu pensamiento muchacho... -el pescador tomó las cañas de las manos de Darya y Olivia. Se fijo en que estaban rotas, y se las colocó a un lado del cuerpo- Pero no tengo otras cañas ni es un momento seguro para empezar a... dedicarse a esto. Hasta los veteranos estamos empezando a tener dudas... y miedos. Si las cosas se calman, regresa y te daré una mano. -No creo que se tranquilicen pronto, viejo Doug -una voz rasposa y notoriamente masculina se sumó a la charla. La totalidad del grupo volteó a observarlo, a excepción de la pacham y el scraggy que estaban jugando a saltar la soga con un tentáculo del pokémon que había aparecido. Este no parecía estar muy de acuerdo con ese juego. Cole sintió un escalofrío recorrer su espalda. El sujeto que los observaba, con un poliwrath al lado, era el mismo que había visto en un barco hace poco tiempo. No era muy alto y, a pesar de su edad, entre sus brazos se asomaban restos de lo que alguna vez fueron unos portentosos músculos. -Ah... -Minato reaccionó ante la aparición del sujeto de cabello y barba blancos- Este es mi abuelo, Kenta. Es... veterano de guerra y, bueno, el anterior líder de gimnasio de la ciudad -la chica no pudo posar la mirada en el hombre en ningún momento. -¿Necesitan ir al Selkie? -dijo Kenta luego de un breve silencio- Puedo llevarlos. Minato, tu debes regresar al gimnasio, más luego de lo que acaba de decir Doug -la chica no emitió palabra alguna, solo siguió desviando la mirada- Repito, puedo llevarlos, ahora mismo. No tengo intereses de preguntarles a qué van allí en específico, pero... le faltan algunas personas a su grupo, ¿no?
-Le estoy muy agradecida -le dije al comerciante que tan amablemente había respondido a mis preguntas. Se me quedó observando por un instante, y no pude evitar observarlo con curiosidad, preguntándome qué se le pasaba por la cabeza. A esta altura ya tenía un catálogo de opciones. -¿No te parece que es mejor hablar con la policía, pequeña? Buscar a alguien por tu cuenta... a tu edad, creo que... -Lo he hecho señor -le respondí antes de que terminara de hablar- Pero en casos como estos la única policía que estaría habilitada a hacer algo es la de Unova, y poco me ha ayudado, así que prefiero avanzar por mi cuenta. El hombre pareció incómodo. Picard olfateaba con interés algunas cajas que tenía a la altura de su hocico, moviendo la cola. -Eh... Te deseo suerte, entonces -dijo finalmente, luego de haberse debatido internamente qué decirle a una chica con un capa extraña que le preguntaba si tenía información sobre una persona a la que no ve hace años- Ten, dale a tu amigo uno de estos, creo que es lo mínimo que puedo hacer para ayudarte -y dicho esto, extendió un pastelito frío hacia Picard. El rockruff saltó para tomarlo con los dientes y tragárselo de un bocado, sin masticar. -¡Pic! ¡Te dije que no hagas eso! Bueno, gracias nuevamente, señor. -Suerte, pequeña.
Avancé hasta el siguiente puesto. En este caso se trataba de una anciana que vendía tejidos artesanales realizados con lana de mareep. Algo extraño para un puerto ene verano, pero supongo que a su edad uno está habilitado para hacer lo que quiera. Parecía ser que la edad le había jugado en contra a su vista, porque no me había visto, a pesar de estar a literalmente un metro de ella. Estuve a punto de llamarla de alguna manera, hasta que noté a varias chicas pasar quejándose y riéndose a mis espaldas. No pude evitar escuchar un poco. -¡Encima esos dientes! ¡Por Arceus, y me decía a mi! -¿Y es corbata con esa bata? ¿Quién se cree que es? Ahaha. Levanté un ceño y antes de retomar, o más bien querer comenzar la conversación con la señora que tenía enfrente, tan felizmente entretenida con el gorrito celeste que estaba elaborando, Picard ladró hacia un lado y empezó a tocarme el tobillo insistentemente con una de sus patas. -¿Qué sucede? Ah -aproximándose hacia donde estábamos, estaban el doctor y... la chica rubia ingenua esta que tiene cero conocimientos sobre la vida más allá de su percepción. Perdón, me excedí. Creo. No me habían visto, todavía, o al menos eso creía- Vamos, todavía no podemos regresar con ellos.
Tanto Picard como yo nos apresuramos lo que pudimos, debía ir a hablar con todas las personas que fueran posibles. No sabía con quién tendría chances de hacerlo luego. Me detuve frente a una fuente que tenía una pequeña réplica del faro en el centro y me detuve a observar a los alrededores. ¿No debería ir con los marineros? Ellos debían haber visto más cosas, más personas, quizá... -¿Puedo ayudarla señorita? -una voz habló a un lado mío, asustándome- Parece perdida. Volteé. Frente a mi había un sujeto delgado, y más alto que yo. Su traje azul y camisa negra estaban acompañados de un sombrero a juego. Este le creaba una sombra que le cubría ligeramente sus ojos, que se hacían notar más que nada por ser amarillos. Algunas mechas de pelo negro se asomaban por debajo de la prenda sobre su cabeza. Su atuendo era particular, sí, pero yo tenía una capa roja y conviví mucho tiempo con un circo, no es que fuera a impresionarme. Lo que sí me incomodaba de toda la situación, era el ninetales que estaba detrás del sujeto, rodeándolo levemente con sus colas. Aquella cosa tenía la vista clavada en mi. Me estaba intimidando y por algún motivo no me daba... cómo decirle... tranquilidad, sino todo lo contrarío. Picard se puso serio. -Tranquilos los dos, solo quiero ayudarlos. -Ehm, bueno, verá... -comencé a decir. Me quedé callada. Noté a las figuras inconfundibles del doctor y de la periodista ciega acercándose hacia donde estábamos.
Sabía que lo había hecho mal al instante, y hubiera sido mucho más vergonzoso de no ser por mi horror al ver al pokemon de ropa chistosa volar por los aires con nuestros anzuelos. Lo saqué del agua lo más rápido que pude a pesar de la caña rota y me disculpé con él, que se fue refunfuñando de vuelta a su chico, o más bien a jugar con el pokemon del salvado. Y qué le están haciendo a ese Tentacool... Oh. -Oigan!- llamé a ambas personas. -Cuiden a sus pokemon, esos calamares son venenosos.-
Miré a la caña rota, al agua, a mi collar, al hombre, y luego de vuelta a la caña mientras Atlas no paraba de ladrar. -Pensé que era de mejor calidad, esto no pasa con las redes.- le devolví el artefacto y me fui con el grupo. -Ya vamos, estoy cansada.- le dije desganada a Collie. Estuve tan segura de que lo sentí... Aunque considerando lo que dijo el hombre, lo mismo que la granjera nos contó... Sabía que Ang Liwanag no era nada débil, la había visto en acción... Sentí un escalofrío con eso de los Tentacruel salvajes atacando navegantes. Por eso mismo, sería de tanta ayuda si...
El anciano que había llegado recién habló. Bah, anciano, me recordaría a mi tío-abuelo por sus músculos pero se notaba que no hacía esfuerzo físico hacía más tiempo. Nos llamó la atención sobre que faltaban integrantes, y dijo que nos guiaría al hotel.
-No sé preocupe, Atlas los fue a traer.- le señalé cómo el can salía disparado en dirección a dónde estaban Picard, Nonnie y los otros dos. Entonces miré a la gran muchacha. -Por qué no viajar en vez de ser Líder entonces? Con Collie no salimos hace mucho pero ya hemos conocido muchos lugares.-
Escuché el ruido de algo cayendo al agua y miré en esa dirección. No quería saber como, pero Trebor estaba en el agua, a unos 3 o 4 metros de la orilla, y ahora venía surfeando sobre un magikarp. Me fué imposible no reirme a carcajadas ante tal escena. Ojalá con eso aprendiera a quedarse quieto de vez en cuando!
Me acerqué al pescador atraído por algo de lo que decía. Los pokémon mas débiles venían a la ciudad a buscar refugio. Pero... ¿refugio de que? Según lo que dijo el monje, había algunos pokémon aliados con humanos para extinguir a la humanidad, no recordaba que hubiera dicho nada sobre pokémon atacando a otros por... ¿Por no querer unirse a su causa, tal vez?.
Plantearme estas cosas no hizo mas que preocuparme, y un fuerte sentimiento de que estábamos desperdiciando nuestro escaso tiempo se apoderó de mi. Apreté mi puño con fuerza, ¿Ahora se meten con los pokémon? Tengo que hacer algo, cualquiera de estas inocentes criaturas significa mucho mas para mi que cualquier persona sobre la tierra. .... Viva... cualquier persona viva.
-No creo que se tranquilicen pronto, viejo Doug - Un hombre se había sumado a la charla, al parecer era el abuelo de la Líder y, además, el antiguo Líder del gimnásio local. Extrañamente no me sentía intimidado por este hombre, o no hasta antes de enterarme que era un ex-Líder. Intenté escabullirme entre mis compañeros otra vez, pero el grito de Darya llamó mi atención.
-Oigan! Cuiden a sus pokemon, esos calamares son venenosos.- En cuanto ví lo que hacía ese pequeño monstruo sentí vengüenza. Sostenía en una de sus manos (la que no sujetaba sus pantalones) uno de los tentáculos del pobre tentacool, haciéndo movimientos circulares. Completaban la escena, la pancham del chico que casi muere, saltándo en el centro con notable destreza. ¡¡TREBOR!! mi grito sonó mas fuerte de lo que hubiera querido, y aprovechando eso, le lance mi mejor mirada intimidatoria.
//Apariencia + Intimidación para que el bicho se me cague de risa (?// [dice]0[/dice]
No se como, pero Trebor soltó al tentacool. Una media sonrisa se dibujó en mi cara, creía tener bajo control esto de criar pokemon.... creía... Ese demonio anaranjado se acercó a la pancham y a su compañero y apretó con fuerza sus pantalones, mojandolos a ambos. Inmediatamente después vino hacia mi corriendo tan rápido como sus pequeñas patas le permitían, trepó por mi espalda y se me colgó del hombro.
-Eh... Podemos ir yendo? dije, dirijiéndome al hombre que se había ofrecido a llevarnos al hotel. Mientras miraba de reojo al chico y a la pancham, esperando lo inevitable.
Que gran forma de empezar una amistad, Treb. pensé.
Que gente rara que hay en este barrio. En mi vida escuché a alguien tan emocionada como Mina cuando le conté de donde veníamos, ni siquiera los otros pescadores que conozco. Pero bueno, mejor que si estuviera desinteresada. Algo sobre la emoción en su voz y esa sonrisa es contagioso, no pude evitar sonreír también, haciendo que duelan un poco los entumecidos músculos de mis mejillas.
-Te recomiendo que moderes tus expectativas. Es un lugar bastante aburrido cuando te acostumbrás, aunque... -Vi de reojo que Day ya estaba viniendo hacia nosotros con cara de mal humor. -...hay algunos que no estarían de acuerdo.
Aunque tengo que admitir, todo lo que estabamos escuchando del lugar lo hacía parecer... menos pintoresco de lo que se veía. Escuchamos con paciencia la explicación del tipo sobre lo que había estado pasando últimamente. Migración de Pokemon débiles, falta de la estrella guía... no tenía mucho sentido que digamos, aunque no era exactamente un experto en ese tema. La que sí tenía una chance de serlo...
-Que loco, no? -Le susurré a Day. -Escuchaste alguna vez que haya pasado todo esto? Capaz tu familia sabe o algo?
Había escuchado de fenómenos parecidos cerca de algunos puertos, pero no tenían nada que ver con como se veía este lugar. Aunque antes de que pudiéramos pensar mucho al respecto nos habló un hombre que me hizo acordar a... alguien, aunque no pude identificar exactamente a quién. Se veía como la mayoría de pescadores ancianos que había conocido, aunque quizá un poco más musculoso. Ahora veo de donde sacó el look Mina.
-Gracias por ofrecer llevarnos, y por no querer hacernos tantas preguntas. -Bromeé, formando una sonrisa algo forzada. Me pareció algo fría la forma en la que le habló a Mina. -Que faltan... ah, la puta madre. -Miré a mi alrededor, dejando salir un suspiro. -Por supuesto que faltan. Ni diez minutos pueden estar quietos.
-Por qué no viajar en vez de ser Líder entonces? Con Collie no salimos hace mucho pero ya hemos conocido muchos lugares.
Fruncí el ceño inconscientemente al escuchar lo que dijo Day. Siempre tan amable, siempre tan metida. Formé una sonrisita y le di una palmada en el hombro.
-Es una linda forma de vivir... -susurré, mas a mi mismo que a Day y Mina. -...pero no todos tienen la oportunidad.
Estaba seguro que la enana me había visto, pero seguía ignorándonos. Era difícil caminar entre tanta gente, me daban ganas de pincharlos a todos, pero debía guardar jeringas para rinamon.
Mientras nos acercábamos noté a un tipo de traje y sombrero. junto a un Ninetales ¿un desgraciado que le gustan las niñas? ¿otro circense piromano? No sé cual sería peor, pero debía llevarme a rinamon pronto, ese pokemon no me parecía muy de fiar y mi boca comenzaba a hincharse.
-Pagpá y magmá estagban muy preocupagdos!! -dije gritando mientras me agachaba ante la maldita niña y comenzaba a sollozar - Señorg muchas gggracias, estabamos tan, TAN preocupados, le debemos nuestra vida, gracias por ayudar a la pende---osea a mi niñita bonita pechocha -murmuré tirando sus cachetes y sorbeteando-ahora nos tenemos que ir -dije guardando el endulzante con que me había provocado las lagrimas- debo hacer una extracción urgente, pero si en algún momento necesita unos quequitos "mágicos" o alguna pastilla de color curioso me puede buscar.
Intenté llevarme a ambas lo más rápido que pude hacia donde estaban los demás. maldita sea ¿por qué yo tenía que hacerlas de héroe mientras el resto jugaba con medusas venenosas? si ese ninetales se lo proponía seriamos brocheta, aunque bueno, si eso llegaba a pasar la opción más viable era salir corriendo solo...
-Vaya con Dios Sr. pez, valla con Dios- le decía al magi mientras lo saludaba.
Entonces aun esperando mi turno para intentar usar las cañas, estas engancharon a el pokemon de uno y se rompieron en pedazos.
-Oh, qué leche, abuelo, disculpa no era mi intención que pasara- dije sinceramente.
El abuelo me miro y me dijo despues de mi peticion:
“Entiendo tu pensamiento muchacho... -el pescador tomó las cañas de las manos de Darya y Olivia. Se fijo en que estaban rotas, y se las colocó a un lado del cuerpo- Pero no tengo otras cañas ni es un momento seguro para empezar a... dedicarse a esto. Hasta los veteranos estamos empezando a tener dudas... y miedos. Si las cosas se calman, regresa y te daré una mano.”
No pude evitar acercarme e intentar darle un abrazo.
-Gracias abuelo, si nos volvemos a ver, espero que me enseñes- mire al resto- bueno supongo que debemos encontrar ese hotel de una buena vez.
Mientras Mel se sacudía el agua de encima y el scraggy de Leon se reía ante el intento de intimidación de su criador, entrenador, o como pudiera llamársele, el resto del grupo aceptó la oferta de Kenta. -Sí, no todos tenemos la oportunidad -comentó Mina con algo de tristeza escabullida entre sus palabras. Se rascó la nuca una vez más mientras se quedaba en silencio- Tengo unas cosas que hacer primero, pero dentro de un rato ya podrán encontrarme en el gimnasio -comentó mirando de reojo a su abuelo, que asintió- Así que si quieren combatir o necesitan algo, me dicen. ¡Fue un gusto! Ah, momento, las toallas. -No te preocupes, me encargaré de que reciban unas en el hotel -la detuvo su abuelo antes de que pudiera hacer algo- Podemos ir partiendo si les parece. Los puertos a la noche no son lo mismo que antes, mucho menos un lugar seguro para extranjeros, o turistas. No sé cómo llamarles.
Antes de que pudieran despedirse, la lider de gimnasio ya se había marchado. Apenas llegaba a ser visible a unos cuantos metros, con la figura de su croconaw avanzando a su lado, observándola. Por su parte, el furfrou de Darya había salido disparado en dirección a donde su olfato le indicaba debían estar Rhiannon, Picard y los demás. La chica no llegaba a ver a dónde se encontraba en ese momento, pero no llegaba a ver nada de lo que tuviera que preocuparse tampoco. -¡Tengan suerte! ¡Que las estrellas estén con ustedes! Y espero vuelvan a todos nosotros... -fue lo último que escucharon decir al pescador, que partió de regreso a su puesto, luego de saludarse con Ace.
Todos comenzaron a avanzar con el poliwrath a la delantera, seguido de Kenta, que a pesar de rondar los setenta y algo, a simple vista, se movía como si fuera un adolescente, provocando que algunos de los miembros del grupo tuvieran que acelerar el paso y agitarse un poco en el proceso. Las calles que recorrían eran entre comerciales y residenciales. Algunas personas caminaban con bolsas volviendo de las compras, o con uniformes y ropa arrugada, regresando de sus estudios o trabajos. Los faroles de la calle comenzaban a encenderse poco a poco, mientras la noche sin estrellas comenzaba a asomarse desde el horizonte, no muy lejano. -El Selkie es uno de los primeros hoteles de la ciudad -comentó Kenta mientras caminaban- Sin embargo supo mantenerse firme, está en muy buen estado ¿A qué deben ir allí? -agregó la pregunta sin rodeos, con su tono serio y ligeramente intimidante. Algunos se detuvieron por un instante, sin saber que responder, pero el sujeto siguió caminando y tuvieron que alcanzarlo- Los acompaño no solo por que tengo la costumbre de ayudar al otro, sino porque da la casualidad que tengo una reunión allí -una ligera sonrisa se formó al voltear a verlos de perfil, parecía ser sostenida por las arrugas de su rostro.
Luego de cosa de 20 minutos se detuvieron frente a un edificio, que a pesar de ser de solo unos cuatro pisos, era imponente. El cartel dorado con la palabra “Selkie” escrito en cursiva era lo primero que llamaba la atención de los ojos. Luego, las rejas negras que bordeaban los balcones de las habitaciones estaban decorados con olas forjadas en metal y alguna que otra figura de criaturas similares a dewgongs. Sus paredes claras, casi de colores beige, tenían algunos pequeños arreglos en proceso visibles, pero más allá de notarse de que antiguamente fue un hotel de lujo con una estética poco usual para Johto, seguía siendo un hotel de categoría y de belleza envidiable por parte de otras edificaciones. A los pies de la entrada había una alfombra azul oscuro. Dos puertas de madera y vidrio aguardaban el ingreso de los jóvenes. -¿Qué harán? ¿Esperarán al resto de su grupo o prefieren ir ingresando? -consultó Kenta con una mano sobre la barra que permitía empujar la puerta.
Sentí el impulso de dar un paso atrás cuando el tipo ladeó su cabeza y se adelantó un poco ante la ausencia de respuesta de mi parte. -Este.... -titubeé por un momento. Había algo en los ojos de aquél sujeto que eran hacían sentir a uno como si pusieran leerle la mente. Si bien no distaban tanto de los míos en coloración, quizá era, no lo sé... sus pupilas eran extrañamente pequeñas- Estaba dando un paseo, nada más -respondí finalmente. No me daba confianza suficiente para comentarle sobre mi búsqueda, así que preferí mentir un poco aunque no me gustaba hacerlo. Pero hay ocasiones en que no queda otra opción- Aunque... sí me sería útil saber algo -el sujeto hizo un gesto con su mano para darme a entender que podía seguir hablando, que estaba interesado- Estaba buscando un hotel, el Selkie -no me costó recordar el nombre del sitio. Tenía como una habilidad natural para recordar fácilmente muchos nombres y detalles, cosa que me era bastante útil pero a veces no tanto. Había cosas que prefería no recordar. Como cuando Picard era un recién nacido y re orinaba en los lugares que no debía, por ejemplo mi cama. -¡Ah~! ¡Por supuesto, el Selkie! Lo conozco perfectamente -dijo el sujeto juntando las manos. Su ninetales sacudió sus colas. Abrió la boca para seguir hablando pero tuvo que detenerse. De pronto, yo estaba siendo rodeada por el doctor, que (creo) simulaba estar muriéndose en llantos de desesperación y alegría mezclados, o algo así. Convengamos que no era el mejor actor del mundo. Bueno, yo tampoco. El sujeto lo miró con desconfianza. Alzó su mirada a un lado para observar a la reportera que también se sumaba al encuentro. Picard comenzó a ladrar moviendo la cola, olvidándose totalmente de la situación en las que nos encontrábamos. Un furfrou se aproximaba corriendo hasta nosotros. Ah, el prendedor que tenía en el pelo... no era un furfrou callejero o algo así.
El ninetales alzó sus colas en señal de alarma, o quizá intentando lucir amenazante. Atlas comenzó a gruñir mostrando ligeramente los dientes al otro pokémon, que respondió de igual forma. -No, no, tranquilos todos. Ellos, este... él, ella y el furfrou son todos, amigos -supongo- míos, no hay que alarmarse -con mis palabras la tensión se dispersó ligeramente del ambiente- No sabía que me estaban buscando... El ninetales bajó la cola y desvió su mirada de Atlas, desinteresándose en él, mientras que el sujeto se acomodó el cuello del traje. -Entonces no tengo que preocuparme de nada, ¿verdad? -comentó finalmente mientras se acomodaba ahora el sombrero- ¿Ellos también necesitan de un guía al hotel? Porque puedo llevarlos ahora mismo allí. ¿Creen en las casualidades? O mejor dicho... ¿en las causalidades? Yo sí, porque para su sorpresa, señor, señoritas y canes, me estoy alojando allí. ¿Les parece si vamos?
-Se cuentan historias sobre las estrellas ocultándose pero...- Observé el cielo. Era verdad, y muy extraño. Cielos oscuros, tormentas que arrasaban islas, behemoths de las profundidades y embarcaciones que nunca vuelven a su orilla... Sacudí la cabeza. Mejor no pensar en esas cosas, es mala suerte.
Miré a Collie y luego a la Líder frunciendo el ceño ante sus respuestas. No debería dejar que nada la detenga de hacer lo que realmente quería, fuera viajar o lo que sea. Cuando pensaba en volver a la comunidad, quería demostrarles a todos que lo que estaba haciendo no era un desperdicio de tiempo. Volteé a ver agua oscura en el puerto. Ya iba a encontrar el modo.
Cuando me dí cuenta, la Líder había desaparecido y el grupo estaba avanzando detrás del anciano y su Poliwrath. Me acerqué a ambos con unos saltitos y comencé a sacar conversación. -Así que es el abuelo de la Líder? Es un puesto que se hereda? No había escuchado que había un Gimnasio de agua cuando vinimos a la región, siempre existió o cambia el tipo según quién lo maneje?- Me acerqué al pokemon para hablarle a ambos, notaba que tenía sus años encima también, seguramente eran kaibigan desde hacía mucho tiempo. -Son de luchar aun?- Mi tío abuelo lo hacía siempre con su compañero, ya fuera con otros o entre ellos. Los demás ancianos suelen decirle que debería dejar de hacerlo, estaban ambos demasiado viejos, pero él repite que es un buen modo de mantenerse agudo y en sintonía con tu compañero. Sin embargo antes de que pudiera preguntar más, el hombre se puso a hablar sobre el hotel. -Mmm... Supongo que nosotros también tenemos una reunión.- respondí simplemente. Creo, a eso íbamos? La verdad quería llegar y dormir de una vez.
Al fin nos encontramos frente al gran edificio, nada que ver con el estilo de los edificios de Johto y extremadamente fino. Ja, cuando les cuente sobre estos lugares a mi madre y a mi hermana se van a morir. Y cuando Collie me de la razón, porque sino no me van a creer nada.
El anciano dijo algo más antes de entrar. -El resto del grupo...?- me giré en todas direcciones pensé no vi a Atlas. Oh, no me había dado cuenta, pensé que nos estarían siguiendo. No era la primera vez que el perro se separaba de mí y se iba a hacer de las suyas pero siempre fue dentro de la comunidad... Conté al grupo y traté de recordar quién faltaba... El curandero, la reportera y Nonnie. Al menos vi como Atlas los fue a buscar, seguro estaban bien. Me senté en el alfombrado escalón de la entrada y comencé a jugar a hacer formas sobre la tela oscura. -Vayan entrando, yo los voy a esperar.-
Después de que la líder y su abuelo intercambiaran unas palabras, nos pusimos en marcha rumbo al Selkie, donde nos esperaba el inicio de nuestra misión de salvar a la humanidad. Miré uno a uno a todos los miembros del grupo y no, definitivamente no nos veíamos cono ningún personaje de aquellos comics que solía leer de chico. Ese tal Sabael si que le erró feo...
Miraba hacia los lados, a la gente en su cotidianidad... los envidiaba? Que estaría haciendo en estos momentos de no estar acá? Seguramente estaría tirado en la cama, escuchando música mientras resuelvo algún crucigrama. Crucigramas!... porque no traje un par en la mochila...
Noté como el grupo nos había dejado notoriamente atrás, y con mi compañero aún colgado de mi hombro y con esa risita burlona aún en su cara, aceleré el paso hasta que los alcancé. Oí al abuelo hablar sobre el Selkie y sus comienzos, y de la nada tiró la pregunta: ¿A qué deben ir allí?. Giré la cabeza a ambos lados, sin saber que contestar, y sin encontrar respuesta tampoco en la cara de mis compañeros, pero por suerte la chica se adelantó y respondió algo muy general, nada omprometedor. Bien pensado...
después de una no tan larga caminata, en la cuál volví a quedar por detrás dos o tres veces, finalmente llegamos al hotel. A primera vista me decepcionó, esperaba ver algo mucho mas grande, pero al menos tenía estilo.
-¿Qué harán? ¿Esperarán al resto de su grupo o prefieren ir ingresando? Preguntó el hombre que nos acompañaba. Darya nos dijo que vayamos entrando, que esperaría a los demás, pero... que clase de grupo superheroe seríamos si hiciéramos eso?
-Yo no tengo apuro... Estamos juntos en esto, esperemos a los demás y entremos juntos, como buen grupo!-, dije, bajando a Trebor al suelo y haciéndome un pequeño masaje en el hombro.
-Hey! Se me ocurre un juego! Yo imito el grito de un pokémon y ustedes tratan de adivinar cual es!-, dije, sentándome en el suelo. Me aclaré la garganta e hice mi mejor imitación: "pei-prrrr"
//Carisma + Canto. Por tirar algo jajaja// [dice]0[/dice]
Oof... que ambiente mas incómodo, odio cuando eso pasa. No se si debería haber sido más gentil con mi respuesta a Mina o... no sé, hacer un chiste o algo. Creo que incluso Day me miró mal pero bueno, nada nuevo ahí. Tosí un poco y la saludé antes de seguir a su viejo.
-Gracias che, y buena suerte a vos también. -Le dije con una sonrisa. -Y eh... eso de las estrellas para vos también, lo que sea que signifique.
La ciudad se veía diferente a esta hora. Menos gente, y el aire se siente más frío aunque capaz soy yo nomas. Comparado con el clima de Hoenn siempre hace frío acá, especialmente al lado del mar. Traté de caminar mas o menos al frente del grupo, echandole un vistazo al padre de Mina de vez en cuando; algo sobre el tipo me llamaba la atención. Me hacía acordar a uno de los familiares de Day aunque... más seco, por así decirlo. Irónico, considerando su trabajo.
-Los acompaño no solo por que tengo la costumbre de ayudar al otro, sino porque da la casualidad que tengo una reunión allí.
Que coincidencia. Sentí mis hombros tensándose por alguna razón.
-Mmm... Supongo que nosotros también tenemos una reunión. -Dijo Day.
-Sí, eso. Pero más que nada venimos acá a dormir, fue un día muy largo.
El hotel en sí era... bastante glamoroso, tenía que admitir. Muy ostentoso y lleno de chucherías y cositas brillantes como esas estatuas de algún Pokemon rechoncho de agua. Era el tipo de lugar que veíamos de lejos de vez en cuando cuando nos enviaban a otras regiones por entrenamiento, y el tipo de lugar que no encontarias en Hoenn a menos que sea en Rustboro. Ugh.
Estuve a punto de responder la pregunta de Kenta, pero tanto Day como Leon se me adelantaron. Si, ni en pedo te dejo sola aca pendeja. Y el otro... ¿Que está haciendo? ¿Música? ¿Un juego de adivinar? Dejé salir un suspiro casi inaudible pero aun asi formé una sonrisita y me apoyé contra la pared más cercana.
-Y bueno, supongo que habrá que esperarlos. -Dije. -Linda actuación, pibe. Y el Pokemon ese... dios, me recuerda al sonido que hacen los Wingull forros esos que siempre quieren robarse mi comida.
