Muchas cosas pasaron de repente, pero en general, se fue todo a la mierda. El domador no apreció que Collie nos intentara salvar, pero qué quería, si él no había reaccionado antes; y ahora todo se estaba prendiendo fuego. Al menos después de eso el resto del equipo del circo se puso a ayudar, no pude evitar sonreír al ver a los Spheals.
-Se acabó la joda.- suspiré. -Bueno, siempre podemos usar un poco más de práctica para lo que queríamos hacer en Ecruteak, no?- le dije a Collie tratando de sacarle seriedad de la situación. El curandero en seguida se puso a tratarlo, iba a estar bien. Aunque no creo que lo dejen competir a él, ahora que lo pienso, tendría que entrenar mejor a Maradona.
Chasqueé los dedos para llamarle la atención a Atlas, que estaba ahora tirando de la cola del perrito de la chica. -Te llaman "Non"? Suena medio pesimista.- comenté. -Y vos!- le grité al tal Seguis. -No podías hacer eso antes? No es tan divertido que nos quieran matar por tu culpa!-
Habíamos quedado atrapados en el escenario con él. Rodeados de pokemon de fuego, ugh, realmente me gustaría tener a Waka en este momento.
Atlas miró al león que lo había atacado al presentador, parecía emocionado con las llamas que envolvían su cuerpo pero lo detuve. -No, encargate del de Collie!-
//Tackle 15 (+15) +15// [dice]0[/dice]
-Hey,- llamé la atención al chico de pelo azul, una linda tonalidad, -eso que hizo tu pokemon nos puede servir, que siga intentándolo!- La verdad era bastante gracioso aunque parecía descuidado.
-Y luego de haber visto esto...- continuó la voz misteriosa, revelando una mano enguantada, -también me los llevaré a ellos.-
-En tus sueños.- respondí entrecerrando los ojos aunque no pudiera ver nada más. Me puse al lado de Collie. Nos arruinó una noche de espectáculo, no le iba a poner un dedo encima a mi mejor amigo.
-Fuego!- Grito una persona desde algún lado, querida llevamos peleando contra 3 leones que se encienden, claramente no estabas prestando atención a lo que estaba pasando, estaba por decirle algo hasta que me di vuelta al ver el humo que comenzó a aparecer, la base de la carpa comenzaba a arder, estábamos cada vez más en problemas. Mitzah me va a matar definitivamente, justamente ella es la que peor la debe estar pasando. Pensé en salir corriendo y llevarla conmigo pero la estampida de gente me hizo dudar, era morir aplastada o quemada en estos momentos, cualquiera de las dos termina con mi ropa arruinada y adiós a mi sueño de ser el cadáver más hermoso, aquel que provoque dolor en los rostros de aquellos que observen como mi joven vida se extinguió con todo un futuro por delante, llena de sueños. -Ouch.- Me quejé al sentir un golpe en la rodilla, la hongo me estaba mirando con reproche.- Oh cierto, la pelea!-
Estaba por ordenarle otro ataque cuando vi como uno de los leones volaba hacia otro lado golpeado por un chorro de agua, el ataque había provenido de una de las cositas hermosas redondas que parecían focas, me encantan los pokemons de este circo, son todos muy lindos! Hablando de eso, donde esta el bombono de pelo rojo? Oh, ahí esta, tratando de salvar a la gente, siendo tan heroico sin importarle su propia seguridad, corriendo directo al peligro como todo un caballero de dorada armadura. Volví a sentir otro golpe en la rodilla, esta vez no me molesté en bajar la mirada. -Querida, una no es de madera o celulosa como vos, los ojos están para ver.- Además no solo estaba viendo chongos, pude notar que entre los leones el de mayor tamaño era el que estábamos luchando nosotros, quizás si logramos bajar al líder de la manada todo esto termine.
-Segis, ya no puedes escapar.- Dijo una distorsionada voz que sonaba femenina, querida necesitas una menta o dejar de fumar. No te hace bien, sonas como un camionero, ese aparato no te favorece en nada. Salte hacia atrás cuando algunos fragmentos del techo comenzaban a caer rodeándonos en una especie de cuadrilátero de la muerte, no puedo creer que seguís siga tan tranquilo siendo que es el más inflamable de todos nosotros.
Cerré fuerte mis al ver como el león alfa se lanzaba contra el hombre, listo, lo va a hacer asado. Recién los abrí cuando escuche que habló, como hizo? Una pared azul se había materializado frente a él, segundo después un pokemon rosa apareció, recuerdo que lo había visto durante mi viaje a Alola, era un luraschi? O algo con lura era, me acuerdo que su dueño era un morocho bronceado que parecía tallado a mano, lástima que tenia novio. Cosas que pasan, pero la regla de oro es jamás ser la tercera. Olivia, concentrate, no queres otro moretón en la pierna. El hombro siguió hablando con la figura sombría invitándola que se retire pero esta le dijo que no pensaba irse sin él, luego señalo al doctor raro y al lindo chico rubio, diciendo que también pensaba llevárselo. Ahora si se puso personal la cosa.
Pyroar #01 {50 Daño} +1 a ATT │ +1 a SP. ATT │ Flare Blitz a Segis -> 40 (+10) +60*3 -> Plot Armor <┘
Leon {0 Daño} │ Frontside Air -> Falla Scraggy (Trebor) {0 Daño} └> Headbut a Pyroar#02 -> 20 (+10) +20*1 -> 50 Daño
Pócrates {0 Daño} └> Int + Medicina -> 1 (+1) Éxito -> Cura 2 Heridas a Cole
Cole {4 Heridas} │ Iron Skin -> Éxito -> Steel Type para defensa hasta final de turno │ Resistencia contra Echoed Voice -> 2 Éxitos -> Pasa (5/2) 2 Heridas │ Pocrates cura 2 heridas ├> Cole {6 Heridas} ├> Voltorb (Maradona) {0 Daño} └> SonicBoom a Pyroar#02 -> Exito -> 20 Daño
Furfrou (Atlas) {0 Daño} │ +1 a Beauty │ -1 a Tough │ -1 a Clever └> Tackle a Pyroar -> 15 (+10) + 15*0 -> 25 Daño
-¿Qué villano deja testigos con vida? -se preguntó a sí misma la figura en las sombras, a modo de respuesta de lo que el chico de pelo gris le había dicho- El villano aquí no soy yo -se encogió de hombros levantando las manos a la altura de los mismos- no me sorprendería si terminan muertos luego de esto.
A sus pies, una de las hembras caía desmayada como resultado de los golpes de los distintos ataques que había recibido. Estaba ya agotada y no tuvo fuerzas para defenderse, quedando expuesta directamente al daño más de una vez. De cierta forma eso le subió el estima a los entrenadores, y les dio un poco de esperanzas de escapar de allí con vida. Sin embargo, la otra leona los observó con sumo desprecio mientras se aproximaba a su compañera herida y se colocaba adelante de ella, para protegerla. Rugió mirando hacia afuera, como si estuviera pidiendo asistencia. Por su parte, el pyroar macho se colocaba de pie, recuperándose de las quemaduras. Sin embargo, algo de fatiga podía notarse en el modo en que se sostenía, sus patas temblaban.
-Jóvenes sagaces -comenzó a mencionar Segis sin dejar de observar fijamente a la figura en las vigas. De la carpa ya casi no quedaba nada, y el cielo nocturno podía verse entre medio de los pedazos de tela cayendo en llamas alrededor de los entrenadores- Soy un gran presentador, y como tal tengo un gran final preparado- su lurantis se colocó en posición y sus patas raptoras comenzaron a brillar rodeados de una luz amarilla, cálida y potente- Ay Pantaleón, como te gusta no estar de acuerdo conmigo. Bien jóvenes, mi amigo tiene un plan, le va a tomar... -Segis miró su muñeca, pero allí no había ningún reloj- un poco de tiempo ¿Qué tal si le dan una mano? Le vendría bien porque literalmente no tiene ninguna. -No es momento para chistes así... -rezongó Rhiannon mientras que su rockruff le movía la cola al furfrou que quería llamar su atención. El mismo le ladró un par de cosas a su par canino y se sacudió hasta soltarse de su dueña. Le hizo un ademán con la cabeza a su par, señalando a la leona que no se movía de frente de su amiga herida. En un instante, saltó al ataque.
//Tackle 15 (+15)// [dice]0[/dice]
El pyroar alfa tomó ese ataque como una señal de que su ofensiva debía continuar. Los humanos habían tenido suficiente tiempo para charlar. Comenzó a gruñir, y su cuerpo se rodeó nuevamente de llamas. Su enorme melena se volvió una con el fuego. -Parece bastante molesto... -dijo la figura desde las vigas- ¿Sabían que los pyroar cuidan mucho a sus pares? Y si alguno resulta gravemente herido... pues, no hace falta que lo explique.
El pyroar macho saltó al ataque. Su objetivo fue el chico de los rulos, que parecía bastante distraído, seguía estupefacto frente al escenario que se desarrollaba frente a sus ojos.
En la otra punta, la hembra hizo arder sus colmillos y saltó directo al chico alto y rubio. No buscaba solo venganza por su amiga, sino que también lo consideraba el contrincante más digno entre los allí presentes.
//Firefang 25 + stab (+10) // [dice]3[/dice]
//Flinchea?// [dice]4[/dice]
//¿Quema?// [dice]5[/dice]
-Segis ¿Dónde está la anciana? -dijo la figura, relajada, apoyada contra una viga que tenía a un lado. Se limpió un par de cenizas del hombro- Hizo un buen trabajo prediciendo nuestro ataque, pero parece que esta vez no les alcanzó.
-El villano aquí no soy yo- Escuché decir a la figura, como en respuesta a lo que le dije. -no me sorprendería si terminan muertos luego de esto-. Si alguien quería matarme iba a tener que pasar sobre mi cadaver!... Bueno, dejemoslo en que no se las iba a dejar facil.
Como resultado de nuestros ataques, una de las leonas había caido! Esto me daba esperanzas de salir con vida, y pude notar en la cara de los otros entrenadores que ellos también estaban mas confiados. Mas a nuestro favor, el Macho alfa estaba herido, y comenzaba a verse cansado.
-Jóvenes sagaces - Comenzo a decir Segis, el presentador. Al parecer el tenía algo planeado para sacarnos vivos de ahi, pero parecía que su pokémon necesitaba tiempo para cargar el ataque. -¿Qué tal si le dan una mano? Le vendría bien porque literalmente no tiene ninguna. Sonreí ante esto último, me caen bien las personas con buen sentido del humor, en especial las que no lo abandonan ni en los peores momentos. Aunque a la chica que lo acompañaba, no le gustó mucho.
Al parecer, el pequeño rockruff se iba a unir a nuestro bando, un poco mas de ayuda nos vendría muy bien. Avanzó corriendo a toda velocidad hacia la leona que aún quedaba en pie, seguido muy de cerca por el furfrou de la coordinadora. -¿Sabían que los pyroar cuidan mucho a sus pares? Y si alguno resulta gravemente herido... pues, no hace falta que lo explique. -. La extraña figura parecía tener razón sobre esto, ya que el pyroar macho volvió a encenderse en una bola de fuego y ahora avanzaba contra el chico de rulos. Si lograba golpearlo, lo mandaría derecho al hospital, o a un lugar mucho peor.
-Una mano eh? bueno, Trebor y yo haremos lo posible para entretener al grandote!- Le dije al presentador. Trebor asintió con la cabeza y se lanzó directo al leon. -Tal vez si alguno mas nos ayuda podemos bajarlo antes de que se recupere de su último ataque!- dije, sin dirijirme a nadie en especial, pero asegurándome que todos me escucharon.
//headbutt 25 + 25 al macho alfa// [dice]0[/dice]
//flinch? 8+// [dice]1[/dice]
La figura dijo algo a Segis, no presté atención. Desvié la mirada hacia la entrada de lo que quedaba de la carpa. La pyroar había llamado a refuerzos antes de ser alcanzada por los ataques de los perros, estoy seguro. Sólo espero que el pokémon de Segis necesite solamente una mano, porque no tendríamos tiempo para darle dos.
El musculin se interpuso nuevamente entre el ataque del pyroar hembra y nosotros, poniendo su brazo brillante para defendernos. Confiando plenamente en sus cojones, me quedé ahí a su lado para poder curarlo al tiempo que recibía heridas.
Ger movió su mano, recordándome que tenía aún la poción que le había dado para que la utilizáramos, pero ella también sabía que este no era el momento.
No tenía tiempo para fijarme ni escuchar nada más, todo a nuestro alrededor había desaparecido para mí, solo tenía una tarea.
//Cure minior wound//
[dice]0[/dice]
El voltorb del físico culturista atacó al pyroar que nos tenía acorralados dándole el golpe final, la leona intentó mantenerse en pie, pero no resistió y terminó por caer rendida a nuestro lado.
Mientras el calor de las llamas y el grito de la gente nos rodeaba, pude ver como el pyroar macho se encendió lanzando un ataque devastador al chico rubio de pelo ondulado. Si no hacía algo iba a morir de seguro. Ver a alguien morir…no es algo por lo que quiera volver a pasar.
Sin pensarlo dos veces tras el ataque del pyroar macho al muchacho, Ger se lanzó indignada a atacarlo. Vamos Ger tú puedes, si lo vencemos… ¡puede que haya una oportunidad de salvarlo!
Me sentí aliviada al ver como una de las leonas caía, quizás después de todo tengamos una oportunidad contra estos leones, si salgo viva de esto le parto la boca al rubio a la primera que pueda, es una promesa que me hago a mi misma. Me agarre la muñeca derecha con mi otra mano, apretando un poco el dije de mi pulsera, el que él me había dicho que me protegería sin importar lo que sea. En momentos así es que me resuenan sus palabras “él va a protegerte aun que vos no seas creyente, y si no te convence, pensa que soy yo cuidandote!”. Seguro son los nervios pero no puedo evitar sonreír ante ese recuerdo, el tonto siempre fue más sentimental que yo pero aun asi lo extraño, quizás esto es una prueba de que debo volver.
Segis nos volvió a hablar, esta vez pidiendo que ayudemos a ganar tiempo para pantaleon, no se porque pero amo el nombre que tiene ese pokemon, muy tierno! Quiero abrazarlo, junto con el domador, alguien vio a donde se fue? Sacudí la cabeza nuevamente, si sigo perdiendo la compostura Mitzah me va a dejar llena de moretones y una no puede ir maquillándose las piernas! No había mucho que pueda hacer, después de todo es una planta contra un león de fuego, pero hasta ahora venimos bien, hasta que se nos acabe la suerte. -Bueno querida, es hora de intentar otro ataque!-
No pude terminar mi orden que el león gigante se abalanzo sobre el joven de rulos, el que había quedado perplejo ante todo lo que estaba pasando. Cerré mis ojos con fuerza y grite -Cuidado!- No quise ver que estaba pasando, ese ataque se veía casi mortal, no estaba segura si el chico seguía vivo después de eso pero me daba terror averiguarlo. Ya no me gusta esto, no quiero seguir peleando aca. Lagrimas comenzaban a brotar de mis ojos, eso no es lo que yo quería cuando deje mi vida, yo solo quería poder disfrutar de mi libertad.
Me limpie con mis manos las gotas que comenzaban a caer, mi pelo cubría parte de mi rostro ocultando mis ojos de toda vista, la carpa ya no estaba, solo teníamos al despejado cielo sobre nosotros, siendo testigo de lo que sucedía. -Dijiste que no eras una villana, pero tus acciones no te apoyan en lo absoluto.-
Podía sentir el retumbo de mi corazón en los oídos. Thump Thump Thump. Ritmo constante y perfecto, para nada acelerado, para nada el tipo de latidos pertenecientes a un tipo desesperado, asustado y sin ningún tipo de plan para sobrevivir hasta el próximo día.
Obvio que tenés un plan, la voz en mi cabeza se quejó. Siempre tenés un plan. Si no tenés uno, la gente muere.
Thump Thump Thump siguió, y esta vez pude sentir como algo frío y venenoso me entraba a la venas junto a la sangre. Miré a mi alrededor; los leones estaban cayendo, pero no tan rápidamente como me hubiera gustado. Había más afuera y se estaban acercando, estaba segurísimo, y por si fuera poco el hijo de puta de los pantalones nos dijo que espere. Miré como incluso la chica que parecía trabajar con el se veía exasperada.
No podía evitar echarles unos vistazos a los que estaban cerca mío, sobre todo Day. Tenía las rodillas algo dobladas, listo para saltar a protegerla si tenía que hacerlo. Si no lo hacía...
Pasó muy rápido, demasiado cómo para que pudiera hacer algo. Uno de los leones saltó directamente a una de las personas cerca mío, cubierta en llamas tan potentes que... no, no NO LA PUTA MADRE!
La explosión de luz me cegó y me tuve que tapar los ojos durante unos segundos. Antes de que pudiera recuperarme sentí un par de colmillos enterrándose en mi pierna.
//Defensa Fire Fang// [dice]0[/dice]
Lo ardiente que estaba dolió muchísimo, pero una parte de mí (la lógica que ahora se encontraba muy recóndita en mi mente) supo que eso iba a cauterizar la herida. Aun así apenas reaccioné, la previa explosión de luz todavía fresca en mi memoria. THUMP THUMP THUMP THUMP iba ahora, y podía sentir cómo las venas se me congelaban. No sabía que le había pasado, pero si estaba muerto porque yo no fui rápido en reaccionar...
Fey, por favor... Fey, quedate despierta, yo estoy acá...
El recuerdo provocó una explosión de adrenalina me devolvió a la realidad, aunque apenas. Ni me di cuenta de que mis manos habían agarrado al Pokemon que me había atacado, ni que la estaba tratando de levantar, un rugido de ira atascado en mi garganta.
//Fuerza+Atletismo o PeleaCC, quiero tirarla contra el otro Pyroar, que se choquen entre sí// [dice]1[/dice] [dice]2[/dice]
-Oh, ese león es más peligroso de lo que pensé.- murmuré. No quería que se enfocara en nosotros, aunque si atacábamos en grupo tendríamos más chance. Le llamé la atención a Atlas de nuevo pero está vez no me dio bola, estaba muy emocionado con su nuevo amigo, que se concentró en la otra leona que seguía en pie. Ésta leona también había decidido atacar a Collie, cómo se la agarran con él, será fuerte pero no para tanto. Hasta yo puede notar que no estaba del todo en sí cuando miró... Oh dios. El león mayor se abalanzó contra uno de los presentes, no hubo nada que pudiéramos hacer.
Son cosas que pasan en todos lados, en los puertos también... Ahí.. no siempre se pueden evitar los accidentes, y no todos están preparados para.. ciertos pokemon... Pero eso no tendría que estar pasando acá. Ésta iba a ser una noche divertida, maldición! Me acerqué al tipo alto y le pegué una patada con rabia. No lo debe ni haber sentido. -Te vamos a ayudar solo para salir de ésto. Más vale que tu bicho sepa lo que hace.- Ya había dejado de ser gracioso.
Miré a lo poco que quedaba de la carpa cayendo a pedazos a nuestro alrededor y pensé: Si voy a morir, va a ser en altamar, nunca rodeada de fuego.
Agarré otro puñado de glitter de mi bolsillo, esta vez lo apreté con tanta fuerza que pude sentir los granitos de brillantina clavándose en mi palma.
-Atlas!- grité lanzándole los brillos. Él se mandó atrás del otro perro contra la leona que Collie estaba por agarrar.
-Que lindo pueblo, tengo que venir más seguido- dije sarcásticamente mirando como la carpa de consumía por el fuego.
La chica morena empezó a llorar en medio de toda esta situación y me acerque a ella para darle un poco de ánimos. -Hey no llores, relajate todo va a salir bien, son solo…- empecé a contar, tres acá y como uno, dos, tres... veinte afuera- bueno si boluda son un montón, pero no va a pasar nada, y sino, tenemos lo que nos resta para disfrutar la vista- le dije con una sonrisa.
Segis nos pidió ayuda por alguna razón, pensé que él nos había metido en esto en primer lugar.
-Solo porque me gusto el chiste de las manos- le dije sentándome de vuelta en el suelo- Linda no se, pegales con lo que tengas ganas, pero no te esfuerces mucho.
La figura se quedó en silencio. La tierra se había levantado a los alrededores, nublando la vista de todos los presentes y provocando a más de uno toser. Los gritos de la gente habían disminuido considerablemente, por lo que los entrenadores tenían un asunto menos por lo que preocuparse. Los rugidos del exterior también fueron apaciguando, pero permanecían latentes. Al limpiarse el aire, pocos fueron los que se animaron a mirar en dirección al chico de rulos que había sido objetivo del ataque del pyroar dominante. Algunos no pudieron aguantar sonidos de angustia o sorpresa, al notar que el chico de rulos estaba tendido en el suelo, herido por quemaduras de algunas de las llamas que lo alcanzaron. Sobre él, Ignio permanecía apoyado en una rodilla, con sus brazos en forma de cruz frente a su rostro. Si bien el golpe le había dado con fuerza, su cuerpo apenas presentaba quemaduras, pero su ropa se había destrozado como resultado de las llamas. Entre los retazos de lo poco que le quedaba de su camisa, podían distinguirse algunos atisbos de dibujos azules en su piel, brillando con fuerza, como si esa pintura tuviera vida propia, como si contuvieran un mar entero en cada pequeño trazo. -Desde pequeño... vivo con ellos... -dijo entre jadeos- La elección que hicieron fue mala -finalmente cayó rendido al suelo y se sostuvo con todas sus extremidades. Rhiannon corrió a su lado para asistirlo, luego de chequear los signos vitales del chico de rulos: seguía con vida. -Perdón, Segis, Nonnon -comenzó a decir el joven de cabellos rojos- hice algo que no... -Ahora no importa -le dijo la chica intentando consolarlo.
El león había retrocedido unos pocos pasos, apenas podía sostenerse, y nada pudo hacer contra los múltiples ataques que recibió. Intentó ponerse de pie más de una vez... hasta era doloroso verlo. Algunas de sus llamas habían sido tan potentes que le habían abierto heridas que exponían porciones de su carne. Se derrumbó sobre su peso, inconsciente. A unos metros la única hembra que seguía de pie sólo había sido alcanzada por el pequeño rockruff, y evitado los otros ataques con facilidad. Sin embargo, a pesar de apartarse para esquivar, inclusive el intento del fortachon de agarrarla, regresó hasta donde estaba su compañera, que los entrenadores no estaban muy seguros de si seguía respirando.
El silencio se hizo. Todos se miraron los unos a los otros, el brillo de las garras del lurantis iluminaba sus rostros y cuerpos, se había vuelto tan potente que podía iluminar unos cuantos metros a la redonda. En ese momento se dieron cuenta de que en el exterior ya no quedaba gente y solo podían encontrarse con figuras que debían pertenecer al circo. Varios pyroar estaban tirados en el suelo como resultado de la batalla. -Villanos o no... -comenzó a decir la figura- Mis acciones son para lograr un bien mejor. Si algún día conocen la verdad... verán que están equivocados y que algunos sacrificios no son en vano. Miren a los pyroar -extendió sus brazos hacia ellos. La única hembra en pie seguía sin mover un pelo- Ellos saben reconocer que el dolor es requerido para alcanzar sus anhelos. Ahora terminemos con esto -la figura extendió su mano y todos se pusieron en alerta.
Segis simplemente sonrió.
Un humo rosado comenzado a formarse de la nada misma. Algunos creyeron verlo originarse en el suelo, otros lo vieron aparecer como una niebla. Su aroma era dulce, o salado... o era inholoro. Pantaleón el lurantis elevó sus brazos en alto, erigiendo un gran rayo de luz hacia el cielo. Superaba la centena de metros de altura. Parecía atravesar las nubes. Podía verse a kilómetros a la redonda, quizá en toda la región. Era la mejor bengala posible. -¡Como buen presentador tengo un gran final! -comenzó a gritar el hombre extendiendo sus brazos y abriendo sus piernas- ¡Todos están advertidos! ¿En serio luego de tanto tiempo creías que sería tan fácil? -preguntó a la figura casi entre risas- ¡Que esta potente luz en el cielo sea la epifanía máxima del final de mi último éxodo! ¡VAMOS A HACER QUE EL MUNDO LO SEPA! -el humo rosado estaba comenzando a cegar a los entrenadores.. Poco a poco su visión se tornó nula, siquiera podían ver sus propias manos.
Pero podían oir. Gruñidos. Cuerpos arrastrándose contra el suelo. Pasos. Dos golpes, como si dos objetos hubieran caído al suelo. Las voces del resto. El humo tomó fuerza, se tornó una potente vestizca que sacudía violentamente sus prendas y cabellos.
De pronto, una única voz se hizo presente.
-¡YO, EL GRAN SEGISMUNDO DOY FINAL A ESTE ÉXODO! ¡SEAN LIBRES ALMAS ERRANTES, REGRESEN AL MUNDO DE LAS PENAS Y QUE ESTA LUZ ABRA SUS OJOS Y LES GUÍE POR EL CAMINO CORRECTO! -el humo se disipó, empujado por una fuerte luz que obligó a los presentes a cerrar los ojos, cubrirse con lo que pudieran.
Luego de unos segundos, pudieron componerse.
-No... -lograron reconocer la voz de Rhiannon. Cuando pudieron abrir sus ojos y recuperar la visión, no había más rastros de humo o luz. Tampoco había rastros de los pyroar, de la figura misteriosa, ni de Segismundo, el presentador del Cirdo del Éxodo.
Habían pasado algunas horas desde que el incidente de la carpa tuvo lugar. Un extenso círculo negro había quedado marcado en los alrededores de donde quedaban de pie algunos restos de la carpa. El personal del circo se asistía entre ellos y a los entrenadores que habían quedado involucrados en el episodio, como así también a sus pokémon. No había heridos de gravedad a excepción de Ignio y del chico de rulos que se había desmayado como resultado del espanto. Ambos fueron trasladados inmediatamente al hospital más cercano, ubicado en Goldenrod, pero según los doctores que les dieron un primer vistazo no parecían correr peligro de muerte.
En la entrada del parque, lejos de donde se concentraba la mayor cantidad de personas, se habían desplegado algunos autos de la policía y de los bomberos, que llegaron alarmados por algunos de los espectadores que escaparon.
A pesar de que el ataque había finalizado y no había que lamentar más que algunos heridos, el clima entre los miembros del circo era... negativo. Había muchas cabezas bajas, voces tristes, monosílabos, pasos lentos. La repentina desaparición y secuestro de Segis desalentaba a más de uno. Algunos hablaban entre ellos con susurros. En otra punta, la chica de cabello negro y flores danzantes no dejaba de llorar mientras otros miembros del circo la consolaban. -Pero sin Segis... ¿Qué vamos a hacer...? -decía repetidas veces sin encontrar ninguna respuesta que la calmara entre las que sus compañeros pronunciaban.
Rhiannon se encontraba sentada y mirando al suelo sobre una caja ligeramente carbonizada. Era la misma sobre la que se había parado para anunciar el espectáculo. Su rockruff estaba sentado a sus pies acompañado de Atlas, el furfrou. Ambos la miraban sin saber como animarla. A pesar de que el pequeño can le ladraba y le tocaba las piernas con sus pequeñas patas, la chica no reaccionaba.
Cole fue el que más atención tuvo luego de que todo terminara. Hubo algunas palabras de elogio ante su valor, pero esas palabras estaban cargadas de una pena que nadie podía ocultar.
-Me gustó la brillantina -le dijo la chica de los spheals a Darya con una sonrisa algo forzada, intentando subir los ánimos de todos y despejar tan lúgubre ambiente- Me hicieron recordar a viejos shows donde trabajaba con hielo en lugar de agua... -le fue imposible contener el suspiro que soltó- Y disculpes todos, por esto. Gracias por ayudarnos, pero...-la chica se calló y se volteó al sentir una presencia que antes no estaba en su espalda. La anciana había aparecido detrás de ella, al igual que un pequeño natu sobre la cabeza de Ace, clavándole las uñas de manera disimulada. Otro estaba intentando mantenerse estable, mientras sin querer hacía rodar al voltorb bajo sus patas, sin control.
-Bien... -comenzó a pronunciar la anciana- Asumo que tienen más de una pregunta para hacernos. No puedo prometer que les responderé todas... Este circo, como todos, tiene sus secretos... y bajo mi juramento no puedo revelarlos.... -la mujer bajó la cabeza- Este día es más oscuro de lo que esperaba... el secuestro de Segis...eso no estaba en mis predicciones...
Lejos del tumulto y casi engullido por las sombras, permanecía de pie y de espaldas a la gente Pantaleón el lurantis. Elevó su cabeza al cielo, molesto porque su compañero siempre le llevaba la contraria y sus deseos de salvarlo poco habían servido de algo. Elevó su mirada al cielo. En el negro firmamento no había ni una sola estrella como normalmente debía de haberla.
Un sinfín de Emociones atravesaron mi cuerpo cuando mire en dirección al león gigante, le domador haciendo uso de su cuerpo había detenido el ataque que habría terminado con la vida de ese chico. Mi alivio se transformó en horror al ver como el joven se desmoronaba en el suelo debido al golpe, una de las chicas se apresuro a socorrerlo enseguida, él se disculpo, pero por qué? Por más atractivo que fuera no podía dejar pasar que mi vida estaba en peligro por él, ningún hombre vale más que mi propia vida. Mitzah y los demás atacaron en conjunto al león dejándolo tendido en el suelo, la criatura seguía intentado luchar aunque se lo veía demasiado herido. Acaso no podía entender que ya estaba muy lastimado? Que era lo que lo llevaba a seguir luchando? Tenia ganas de pedirle que se detuviera pero no podía me sentía paralizada por todo lo que estaba pasando.
La luz de Pantaleon comenzó a cubrirnos a todos revelando que éramos los únicos que no pertenecían al circo que estaban en este lugar, además de que algunos pokemon habían caído producto de la batalla que se estaban enfrentando. La figura comenzó a hablar, no me gustaba en lo absoluto sus palabras, alguien que estuviera dispuesto a sacrificar a criaturas tan lindas no podía ser para nada buena, además se compraba con ellos, alguien asi jamás podría entender sobre nobleza, sobre luchar por alcanzar tus sueños, seguir tu corazón por la verdad. Lo que mas me sorprendió fue Segis, el presentador lejos de estar preocupado solo sonreía, acaso el ataque del Lurantis era su arma secreta? Un humo rosa comenzó a cubrir mis pies, no sabia de donde provenía ni si que tan peligroso podía ser. Mitzah! Regrese enseguida a la pequeña planta pero ella esquivo el rayo saltando directo a mi bolso, sin importarle lo que pudiera pasarle.
El pokemon del presentador extendió sus brazos lanzando un impresionante Rayo que se elevo por los cielos, seguramente podía ser visto desde todos lados de la región. Mi hermana va a preocuparse mucho cuando vea esto, si es que aun no salió de viaje. Esa llamada no va a ser muy linda. Segis empezó a gritar como loco mientras el humo rosado comenzaba a cubrirnos cada vez más, me aferre con más fuerza mi pulsera mientras me hundía en la enorme nube, por lo menos moriré siendo hermosa. Ruidos comenzaron a sentirse alrededor nuestros, incluso podría jurar que algo me roso, espero que sea el chico rubio. El humo comenzó a tomar más fuerza levantando mi cabello y parte de mi ropa, mal día para usar pollera.
-¡YO, EL GRAN SEGISMUNDO DOY FINAL A ESTE ÉXODO! ¡SEAN LIBRES ALMAS ERRANTES, REGRESEN AL MUNDO DE LAS PENAS Y QUE ESTA LUZ ABRA SUS OJOS Y LES GUÍE POR EL CAMINO CORRECTO! – Gritó el presentador, el humo comenzó disiparse seguido de una gran luz, listo, llegue al final del camino. Espero que mis exs nunca se crucen en mi funeral. Cerré con fuerza mis ojos esperando lo peor. Me quede quita por unos segundos hasta que sentí como mitzah me golpeaba con su cabeza, si fue al cielo o al infierno, me acompaño para hacerme la vida más difícil seguramente. Escuche la voz de una de las chicas que había estado en el circo y abri mis ojos, después de recuperarme vi que estaba entera pero no había rastros de la figura ni de los leones de fuego y más importante, tampoco estaba Segis. -Oh.-
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-No hay ni una sola estrella Mitz.- Dije mientras miraba al cielo, después de la batalla había pedido una manta y me había sentado en el suelo junto con mi pokemon mientras trataban al resto, tenia ganas de acercarme al chico rubio y ver si estaba bien, en otro momento no hubiera dudado en hasta ofrecerle rcp aunque no tengo ni idea de cómo hacerlo pero el humor del momento no lo ameritaba, una es ubicada dentro de todo. La planta miro al cielo indiferente a mi comentario, quizás no le pareció extraño ni nada, pero recuerdo el hermoso cielo estrellado de esta zona y esto jamás había pasado, quizás haya sido algo de lo que paso esta noche.
La extraña anciana apareció de la nada junto con su Natu, espero que la vida y mi crema humectante me ayuden a llegar mejor a la vejez que a ella. Me pare sorprendida ante su comentario del juramente del circo, casi habían matado a alguien hoy, dos personas están internadas, el sensual rubio herido y su líder esta desaparecido, qué juramento puede valer tanto? – Creo que al igual que todos, queremos saber qué esta pasando aca, quién era esa figura? Por que fuimos atacados por leones? Esta soltero el domador? Tienen algún cachorro de león que pueda adoptar? Son muy lindos! Ah y creo que ese chico.- Señale al bombono rubio.- Merece respuestas, casi lo matan por su show extraño.-
/Mira como te carisme y persuado a la vieja mientras fallo/ [dice]0[/dice]
