.
[SIZE="4"][font="Palatino Linotype"]Capítulo 2 --- Aprendiendo a capturar bichejos.[/font]
[/SIZE]Nada más levantarme, me asomé a la ventana que había en la habitación. Parecía que el día iba a salir bueno, ya que podía ver el Sol sin ninguna nube de por medio. Abrí la ventana, pero una corriente de aire gélido me dio en toda la cara; terminándome de despertar.
-Agh… Qué poco me gusta el clima de montaña -.-U –Me quejé mientras cerraba la ventana.
-¡Viii!
-¿Uh?
Gureisha había venido corriendo y se lanzó a mis brazos. Al no esperármelo, me aparté de su trayectoria, por lo que cayó de bruces contra el suelo.
-¡Buenos días, Hyo-Kun! ^.^
-¡Vii! ¡Viiii! >.<
-Oh, ¿ya estás despierta? –Le pregunté, como si no hubiese pasado nada
-Claro, vamos a salir a capturar a tu primer Pokémon, ¿no?
-¡Vi! –Gureisha asentía con su cabeza, intentando hacerse entender.
-Estoo… Itsuki, ¿no tendréis algo de ropa de abrigo? Me parece que como salga así a la calle me voy a congelar =/
-Uh, sí, creo que sí. En ese armario de ahí hay ropa que te puede quedar bien. –Me dijo, mientras me señaló un armario empotrado bastante grande. –Coge lo que quieras de ahí, no creo que nadie lo vaya a echar de menos =)
-Gracias.
-Bueno, Hyo-Kun. Yo tengo que salir a comprar unas cosas, te espero en Furiza Square dentro de unos quince minutos, ¿OK? ^.^
-Espera, ¿cómo llego hasta allí?
-No tiene pérdida, es la plaza más grande de Tourmaline Town; tiene una enorme fuente con una estatua de un pájaro también enorme. ¡Hasta luego, Hyo-Kun!
Salió corriendo, con mucho ímpetu y cerró la puerta tras de sí con mucha fuerza. Hasta se olvidó de llevarse a Gureisha consigo.
-¡Vi, vii! ~.~
-Itsuki no se puede estar quieta, ¿verdad?
-Viii… -.-
De repente, se volvió a abrir la puerta, esta vez mucho más despacio; y volvió a entrar.
-Ups, sabía yo que se me olvidaba algo… ^.^U
-Viii
-Lo siento, Isha ;_;
-¡Vii! ^.^
Otra vez volvió a saltar con todas sus ganas sobre los brazos de su entrenadora. Seguramente ya se había olvidado del trastazo que se dio antes…
-¡Aaaay’s, qué mona es! *.*
-¡Viii!
-¡Hasta luego, Hyo-Kun! ^.^
Esta vez sí se fueron las dos. Me acerqué al armario que me dijo Itsuki. Tenía un picaporte dorado con un grabado que no supe interpretar. Parecían tres rombos situados formando una especie de ancla o algo similar. Se me vino en ese instante a la cabeza los detalles del traje del maestro Hisaku. Si no me equivocaba, eran el mismo símbolo que tenía delante ahora mismo. Sería algún símbolo familiar, o algo parecido. No le di más importancia, y lo abrí.
Dentro estaba completamente lleno de ropa. Me puse a buscar algo que me sirviese para abrigarme bien, y encontré una especie de jersey oscuro de cuello alto que parecía bien calentito. Lo cogí, junto con una chaqueta gris y unos guantes que parecían ser específicos para este ambiente. Antes de cerrar el armario me fijé en unas botas algo antiguas, pero que realmente me iban a servir mucho más que las zapatillas que tenía yo. Una vez que ya tenía todo, me cambié y me dispuse a salir hacia donde había quedado con Itsuki.
Bajé unas escaleras y atravesé un largo pasillo para salir fuera del edificio, pero antes de que lo hiciese me paró el maestro Hisaku.
-Hyo, ven aquí un momento…
Mierda, el tono parecía demasiado serio. Seguro que me echaría la bronca por haber cogido toda esa ropa. Maldita Itsuki -.-U
-Oh… Hisaku-Sensei… Si es por la ropa… Itsuki…
-No, no te preocupes. Siéntete como en tu casa, puedes coger lo que quieras.
Vaya corte, ya me había empezado a disculpar y todo.
-Escúchame, Hyo. Ahí fuera vas a enfrentarte a varios peligros. Para salir adelante, debes confiar plenamente en tus Pokémon, y ellos también deben confiar plenamente en ti. Le dije a Itsuki que te acompañase a capturar un Pokémon, pero al parecer se ha ido antes de que se lo recordase…
-No se preocupe, ella sí se acordó. Me dijo que la esperase en Furiza Square, porque iba a comprar unas cosas
-Esta niña nunca se está quieta. Está bien, lleva esto contigo.
Me dio una mochila de color oscuro, con aspecto de haber sido usada infinidad de veces, lo que se notaba en sus costuras. Aún así, parecía de gran calidad.
-Dentro os puse algo de comida; agua; un pequeño botiquín; unas linternas; útiles para hacer fuego y también un mapa de la zona, aunque Itsuki la conoce bien. Si vas con ella, no tendrás problemas. También hay unos sacos por si se os echa la noche encima.
-Uh, de acuerdo. Muchas gracias, Hisaku-Sensei.
-Intentad volver antes de que anochezca; la noche en la montaña es verdaderamente peligrosa.
-Lo haremos. Gracias de nuevo.
-Suerte, Hyo.
El anciano se fue, y me dispuse a salir para buscar la dichosa plaza donde había quedado con Itsuki. Recorrí las calles que recordaba que habíamos cruzado cuando llegué por primera vez al pueblo. Había bastante gente en la calle, a pesar de ser bastante temprano.
-Furiza Square, Furiza Square… ¿Dónde demonios estará esa plaza?
Tras algunos minutos caminando sin saber hacia dónde ir, logré encontrar la avenida principal. Empecé a andar por ella, con la esperanza de que estuviese por la zona, pero nada. Crucé toda la calle, de un extremo a otra, pero no veía rastro de la plaza por ningún lado.
-Seguro que Itsuki ahora está toda enfadada esperándome por allí. Eres un desastre, Hyo…
Me di cuenta que andando sin sentido de un lado para otro no iba a llegar a ningún lado, por lo que decidí preguntar a algún ciudadano. Me acerqué a una persona que estaba mirando el escaparate de una tienda.
-Perdone, ¿sabe dónde está Furiza Square?
-Muchacho, date la vuelta.
-¿Uh?
Di la vuelta, y efectivamente, tras una calle perpendicular a la avenida había una gran plaza con una fuente enorme. ¿Cómo no había podido verla antes?
-Muchas gracias, señor.
-De nada, muchacho.
Me acerqué a la plaza, aunque por allí no había ni rastro aún de Itsuki o Gureisha. Me quedé mirando a la estatua del pájaro que había en la fuente. Era preciosa. Estaba labrada en piedra, y tenía un tamaño imponente. Se podía observar perfectamente el detalle de sus ojos. Tenía una mirada penetrante e intimidatoria; fría como el hielo, aunque no dejaba de ser una estatua. Además, el agua que caía de la fuente junto con la luz del Sol le daba un efecto brillante. Era, como dije antes, realmente preciosa.
-¡Buh!
-¡Aaah!
Alguien pegó un grito a mis espaldas mientras contemplaba absorto la estatua, lo que casi me hace caerme de lleno a la fuente.
-¡Jijiji! ¿Te he asustado, Hyo-Kun? ^.^
-¡Vii! ¡Vii-vi! ^.^
-Oh, sois vosotras. –Menudo susto que me habían metido >.>U
-¡Ven, mira lo que he comprado!
Sacó una bolsa, y dentro de ella había un par de bolas parecidas a las que me dio el anciano, aunque estas eran de color rojo y blanco. ¿También eran Poké-Balls? Supuse que sí. También había dentro una especie de sprays de color morado, con el pulverizador de color blanco.
-¿Qué es eso? –Le pregunté
-Son pociones, ayudan a curar a los Pokémon después de los combates. Rocías las heridas que sufran y las ayuda a sanarse.
-¡Vii!
-Yyyy… ¡Ta-daaa! ¿No te parece mono este cinturón? =3
Sostenía un cinturón de cuero marrón, con unas hebillas doradas situadas a pocos centímetros unas de otras.
-Yo creo que te quedará bien, ¡ven aquí!
-Eh…
Me puso el cinturón, y colocó una de las Poké-Ball que había comprado en él, quedando completamente sujeta gracias a las hebillas.
-¿Ves? Así podrás llevar las Poké-Balls sin preocuparte ni parar a buscarlas. Todos los entrenadores suelen llevar uno de estos. ¿A que es muy mono, Isha? ^.^
-¡Vii!
-¡Ay’s, tú sí que eres mona! *.* -Le dio otro achuchón
En una de estas la va a terminar asfixiando. En fin, una vez estaba todo listo, nos dispusimos a salir del pueblo y adentrarnos en la montaña para buscar algún Pokémon. Todavía no me había hecho del todo a la idea de tener un monstruito de estos a mis órdenes, pero reconozco que tampoco me desagradaba del todo la idea.
Caminamos por la avenida principal, y poco a poco notaba como íbamos adentrándonos en pleno bosque. Por el mismo camino debimos haber entrado al pueblo el otro día por la noche.
-Jijiji…
-Uh… ¿De qué te ríes, Itsuki?
-Nada, con el cuello del jersey subido de esa forma y tu color de pelo pareces cierto personaje de cierta serie manga ^.^
-¿Uh? –Pregunté extrañado
-¿Qué pasa, Hyo-Kun, no conoces Naruto?
¡Eh, mi amigo del juego de Pokémon también tenía otro de algo llamado así!
-Un momento… además de Pokémon… no habrá también Narutos por aquí, ¿no? O.o
-Jajaja, qué gracioso eres, Hyo-Kun ^.^
-¡Vii! ¡Vi!
-…
-Sólo te falta una cinta en la cabeza, ¡jajaja!
-¡Viii! n.n
-Dejadme en paz un rato, por favor ;_;U
Estuvimos andando un largo rato, y terminamos en medio de la montaña. No había ni rastro de ningún tipo de monstruo. No me extrañaba, seguro que estarían todos durmiendo a estas horas…
-Itsuki…
-Dime, Hyo-Kun
-Me estaba preguntando si había alguna diferencia entre la Poké-Ball que me entregó Hisaku-Sensei –Le enseñé la Poké-Ball completamente negra salvo por las líneas doradas y rojas que tenía como detalles –y las que has comprado tú –Cogí con mi otra mano una de las Poké-Ball rojas por arriba y blancas por abajo, con el centro en color negro.
-Uuum… Las rojas y blancas son Poké-Balls normales, las que venden en las tiendas. Y esa otra Poké-Ball negra creo que se llama… Luxury-Ball.
-¿Luxury-Ball? ¿Es una Poké-Ball de lujo? O.o
-Sí, algo así. Creo recordar que si capturas un Pokémon con una de esas, será más amistoso contigo.
-Ok. Y… ¿cómo hago para capturarlos?
-Bueno, primero tienes que cansarlos. Para ello debes mandar a alguno de tus Pokémon a luchar contra él. Como todavía no tienes ninguno, Gureisha te ayudará. ¿Verdad?
-¡Vi! –Asintió moviendo su cabeza de arriba a abajo, con gesto de “no hay problema”.
-¿Y una vez haya luchado contra él? –Volví a preguntar
-Tienes que lanzarle una Poké-Ball; así –Hizo un gesto moviendo su brazo como si lanzase algo. –Al golpear con la Poké-Ball al Pokémon, ésta lo atrapará.
-No suena demasiado complicado, ¿no?
-Depende también del tipo de Pokémon y lo debilitado que esté. Hay Pokémon que cuesta más atrapar que otros, eso viene determinado en su propia especie.
Seguimos caminando un rato mientras charlábamos, y decidimos parar a descansar un poco en unas grandes rocas situadas en una de las laderas de una pared montañosa. Quitamos la mayor parte de la fina capa de nieve que las recubrían y nos sentamos allí.
Abrí la mochila que me había dado el anciano, y lo primero que encontré fue el mapa que nos había metido. Lo saqué y lo abrí. Lo primero vi en él fue una gran isla, con muchas ciudades y pueblos situados en ella. No sabía dónde estábamos, así que le pregunté a Itsuki.
-Mira, toda la isla es la región donde nos encontramos. Se llama Yoake. Hay más regiones a lo largo del mundo, como Kanto, Hoenn, Kurai, Jotho…
-Ajá
-Y nosotros estamos aquí –Señaló con el dedo al sur de la isla dibujada en el mapa, justo donde decía “Icicle Forest”
Pude encontrar abajo del todo Tourmaline Town. Toda la zona estaba rodeada por dibujitos de nubes con lluvia y nieve, y hasta icebergs en las zonas marinas.
-Por lo que veo, estamos en la zona más fría de la isla, ¿no?
-Sí, ¿no es genial? ^.^
-Uh… Sí. -.-
-Jajaja, más al norte hace más calor. Por ejemplo, Amethyst Town es una ciudad donde el verano dura casi todo el año, y por eso mucha gente va allí a disfrutar de las playas.
[SIZE="1"][color="Silver"](Haz click para agrandar)[/color][color="White"]..[/color][/SIZE]
-¿Y eso grande que hay ahí al norte qué es? Pokémon League…
-Allí es donde van a luchar los mejores entrenadores de Pokémon de la región. Cada cierto tiempo, se celebran campeonatos que coronan al mejor entrenador de Yoake. Pero para entrar allí tienes que haber conseguido antes ocho de las medallas de los gimnasios Pokémon
-¿Gimnasios Pokémon?
-Así es, son lugares donde también luchan los entrenadores. En cada uno hay un líder de gimnasio, que es un entrenador con mayor experiencia que el resto. Si lo vences, te da una medalla. Pero para vencerles, tienes que entrenar mucho antes…
-¿Y todos los entrenadores se dedican a esto?
-No, hay entrenadores que se dedican a coleccionar las distintas especies de Pokémon, y otros que los tienen sólo como amigos.
-¡Vii! ^.^
-Ya veo. Entonces…
No me dio tiempo ni a iniciar la frase, porque Gureisha se había puesto a hacer ruido y señalar hacia unos árboles, bastante alterada.
-¡Viii! ¡Viiii! >.>
-¡Eh, mira eso, Hyo-Kun!
Un bicho pequeñito, muy peludo, de color marrón con varias rayas en el pelaje más oscuras, sin patas y con un hocico parecido al de un cerdo se arrastraba lentamente por la nieve.
-¿Eso es un Pokémon? –Pregunté
-¡Sí! ¿Cómo se llamaba… ¡Swinub! Es un Swinub.
El monstruo emitió un gruñido al darse cuenta que nos estábamos fijando en él.
-Isha, ¡ve a por él! –Ordenó Itsuki
-¡Vi!
La zorrita de color gris salió como una exhalación y embistió al… ¿cerdo?... da igual, era de color marrón. Éste salió volando por los aires, pero se dio la vuelta, mirando a Gureisha, y empezó a lanzar algo parecido a copos de hielo, que impactaron en el cuerpo del Pokémon de Itsuki, que cayó tendida en el suelo.
-¡Ten cuidado, Isha, intenta esquivar sus ataques!
-¡Vii~i!
La verdad es que era Itsuki quien estaba llevando el combate, ya que yo me limitaba a mirar atónito como los dos bichos lanzaban sus ataques el uno contra el otro.
Gureisha se levantó, mirando fijamente al otro Pokémon. Ambos saltaron y se golpearon en el aire. Al volver al suelo, el Swinub trató de placar a la pobre zorrita, que parecía cansada; pero reaccionó a tiempo como para saltar a un lado y evitar la embestida.
-¡Isha! ¡Usa tu Sand-Attack, ahora! –Volvió a ordenar Itsuki
-¡Vi!
Con sus patas empezó a levantar la nieve que había en el suelo, lanzándola contra el otro Pokémon, que quedó completamente cubierto. Empezó a sacudirse para sacarse la nieve de encima, pero de nuevo estuvo muy rápida Gureisha para embestirlo y volverlo a lanzar por los aires.
-¡Ahora, Hyo-Kun, lánzale la Poké-Ball!
-¡Sí!
Cogí una de las Poké-Ball que llevaba en el cinturón que me había dado Itsuki, apreté su botón central y volvió a hacerse más grande en mi mano, como la noche pasada. Miré hacia donde yacía, debilitado, el Pokémon con el que había luchado Gureisha. Apunté hacia él y le lancé la bola con firmeza.
Haciendo una parábola, la Poké-Ball terminó impactando en el cuerpo del bicho, rebotando en él. Pero para mi sorpresa, aún estando en el aire se abrió y lanzó un rayo de color rojo que atrapó al Swinub, encerrándolo en su interior. Cayó al suelo, y empezó a moverse de un lado a otro, como si el bicho estuviese peleando por salir de dentro.
-¿Y ahora qué? –Le pregunté a Itsuki
-Espera…
Se movió una vez. Dos veces. Tres veces… Pero antes de que girase una cuarta vez, volvió a abrirse, expulsando al Pokémon con el mismo rayo rojo hacia el exterior. Éste, una vez se vio libre, salió corriendo y se perdió entre los árboles.
-¿Eh? ¿Qué pasó? O.o
-¡Oh! ¡Se escapó, Hyo-Kun! ;_;
-Vii… -.-
Nos quedamos un rato quietos, como si hubieran parado el tiempo. Pero Itsuki terminó rompiendo el hielo.
-Para lograr capturar un Pokémon, primero hay que debilitarlo lo suficiente. –Me dijo Itsuki -Parece ser que a ese Swinub aún le quedaban energías para liberarse de la Poké-Ball.
-…
-Bueno, no te preocupes, ya encontraremos más Pokémon, Hyo-Kun ^.^
-Vii… Vi…
-Oh, Isha, ¿estás bien? ;_;
Se le notaba cansada después del combate, y además, tenía una serie de heridas abiertas, que si bien no eran profundas, estaban sangrando.
-Rocíala con una de las pociones, Hyo-Kun –Me dijo Istuki con impaciencia.
-Sí.
Saqué uno de los sprays morados que había comprado antes Itsuki en la tienda, y empecé a rociar a Gureisha con él. Las heridas se iban cerrando a una velocidad impresionante, y verdaderamente parecía encontrarse mucho mejor cuando terminé de echársela entera.
-¡Vii! ^.^
-¿Estás mejor, Isha? ;_;
-¡Vi, vi!
-¡Ay’s, pero qué mona es! *.*
-…
El tiempo pasaba, y seguíamos sin encontrar a ningún otro Pokémon. ¿Dónde se habían metido? Seguro que tenía que haber bastantes en un bosque montañoso como éste…
-Hyo-Kun, ¿qué te parece si paramos a comer algo?
-Está bien, Itsuki.
Volvimos a levantar campamento cerca de unos árboles, y allí sacamos lo que teníamos de comer. El maestro Hisaku nos había proporcionado unas fiambreras llenas de bolas de arroz, que degustamos rápidamente debido al hambre que nos había entrado tras toda la mañana caminando por el bosque. Gureisha también comía parte de lo que le ofrecía Itsuki, y cada vez que probaba algo, movía sus orejas de una forma bastante graciosa, lo cual hacía reír a su entrenadora.
Terminamos de comer y nos quedamos esperando en la zona para ver si pasaba algún otro Pokémon salvaje. Y efectivamente, no tardó demasiado en hacer acto de presencia.
Era un mono, de colores grises y celestes, con unos resaltones ojos y orejas, y brazos y piernas muy delgados. Su cabeza, enorme en comparación con el resto del cuerpo, terminaba en forma de pico, haciéndole parecer que llevase un peinado curioso, o incluso una especie de casco.
-¡Mira, Hyo-Kun! ¡Es otro Pokémon!
-¿Qué se supone que es éste? –Le pregunté a Itsuki
-No lo había visto nunca antes, lo siento ^.^U
-…
-Isha, ¿preparada para pelear?
-¡Vi!
-¡Vamos allá!
De nuevo Gureisha salió lanzada a embestir al otro Pokémon, pero éste no parecía inmutarse. Se sentó en el suelo, adoptando una postura similar a las de yoga; uniendo sus dos pies y estirando sus pequeños brazos. De repente, sus ojos empezaron a brillar, y Gureisha se estampó contra un muro invisible que le hizo retroceder unos cuantos metros en la nieve.
-¿Qué ha sido eso? –Le pregunté a Itsuki. Este bicho era más raro que el anterior; parecía poder atacar sin llegar a usar ningún tipo de contacto físico con su oponente.
-Parece algún tipo de ataque psíquico, ya que no le he visto hacer ningún movimiento… Isha, ¿estás bien?
-¡Vi!
-Intenta atacarlo de otra forma, no te lances a él, ¡vuelve a usar tu Sand-Attack!
-¡Vii!
Itsuki parecía completamente concentrada en la batalla, y otra vez me veía yo sin poder hacer nada más que mirar cómo se peleaban los dos Pokémon. Gureisha volvió a repetir lo mismo que hizo en el combate anterior, y empezó a arrojar nieve con sus patas hacia el otro monstruo, que seguía completamente inmóvil. Pero ante nuestra sorpresa, toda la nieve chocaba contra una barrera invisible que le rodeaba. Debía ser la misma que había frenado el ataque anterior de Gureisha.
-¿Cómo lo podemos golpear? ¡Ese muro parece protegerlo de todo! ¡Hyo-Kun, ayúdame!
-Ehh…
No se me ocurría nada, ¿cómo podíamos golpear a un bicho que era protegido por un campo de fuerza invisible? No necesitaba ni moverse para evitar los ataques. Espera, no necesitaba ni moverse. Estaba completamente quieto, como si estuviera meditando… ¿Y si fuese eso?
-¡Itsuki, hay que hacerlo moverse!
-¿Qué?
-Hay que intentar hacer que se mueva. Fíjate, ¿no ves que está como meditando? Seguro que es así como crea la barrera esa.
-¿Pero cómo lo hacemos?
-Dile que empiece a correr alrededor de él, ¡a ver si se distrae!
-¡Bien! Isha, ¿oíste a Hyo-Kun?
-¡Vi!
Gureisha empezó a correr rápidamente dando vueltas al otro Pokémon. ¡Era realmente veloz! Sin embargo, el otro monstruo no se inmutaba, aunque le notaba mirar de reojo a la pequeña zorrita gris, que seguía yendo de un lado para otro, intentando distraerlo.
-¡Vi!... ¡Vi!... ¡Vi!...
-Así no vamos a conseguir nada, dile que pare, se va a cansar.
-¡Isha, párate!
Se quedó completamente quieta, a menos de medio metro del otro Pokémon. Ninguno de ellos movía un músculo. Solamente se oía el viento que silbaba y hacía mover las hojas de los árboles.
-Isha, espera a que se mueva, a que haga algún gesto… -Le dijo en voz baja Itsuki
-Vi…
El Pokémon salvaje se notaba extraño. Nadie le estaba atacando, todos estaban completamente quietos. Se estaba poniendo nervioso. Le empezaban a temblar las piernas, estaba perdiendo la concentración.
-¡Ahora, Isha!
Justo cuando hizo ademán de mover una de sus piernas, Gureisha ya se le había abalanzado y le lanzó una embestida que lo envió contra un árbol. Al chocar contra éste, toda la nieve que había en la copa se le cayó encima al pobre monito, que quedó casi completamente oculto tras una gran capa de la misma. Pero tras unos segundos, salió de allí, todo magullado, pero con cara de querer seguir luchando.
Se lanzó sin contemplaciones a por Gureisha, y le propinó una fuerte patada que no pudo esquivar, lanzándola por los aires.
-¡Isha! ¡Cuidado!
Sin embargo, antes de caer al suelo, pude observar como los ojos del monito volvían a iluminarse, y Gureisha sufría otro golpe, éste invisible, pero que cambió su trayectoria de caída, mandándola aún más lejos.
-¿Qué coño ha sido eso? –Estaba poniéndome bastante nervioso con esta pelea
Aún con mucho esfuerzo, Gureisha consiguió volverse a poner en pie, y fue de nuevo a por el otro Pokémon. Corría haciendo zigzags, y en pocos segundos se plantó delante de él.
-¡Usa tu Tail Whip! –Gritó Itsuki
-¡Vi!
Dio un salto que le situó por encima de la cabeza del monito, y entonces le golpeó con su cola, lo que envió al otro Pokémon al suelo.
-¡Termina con un Tackle! ¡Isha, ya lo tienes!
Nada más caer al suelo, Gureisha fue hacia el maldito monstruo que estaba tendido en el suelo, y le volvió a sacudir una embestida que lo lanzó bastante lejos. Parecía completamente fuera de combate, no iba a volver a levantarse.
-Hyo-Kun, lánzale ahora la Poké-Ball, ¡ésta vez no puede fallar!
Esta pelea había sido agotadora. Notaba como Gureisha respiraba con dificultad, debido al esfuerzo. Volví a llevar mi mano hacia el cinturón que me regaló Itsuki, y cogí otra Poké-Ball. La lancé de nuevo hacia el cuerpo del monito, que seguía tirado en la nieve.
La bola volaba por el aire, ¡ahora sí iba a lograr capturar a un Pokémon! Seguía con mi mirada atentamente a la Poké-Ball, pero en un instante apareció una sombra de la nada, interponiéndose. Sonó un ruido metálico, y pude observar atónito cómo la bola roja y blanca era desviada de su trayectoria, impidiéndole llegar hacia el Pokémon debilitado.
-¿¡Pero qué…
To be continued….