Dragon Ball [tomo 43]

Para todos aquellos escritores que quieren compartir sus obras con el mundo, ya tienen el rincón para hacerlo. =)
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Mattias
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Dragon Ball [tomo 43]

Mensaje por Mattias »

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VOL 43 - EL REGRESO DE SON GOKU Y SUS AMIGOS
孫悟空や友人のリターン


PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES


Son Gokū: Artista marcial con fuerza sobrehumana. Aproximadamente, a sus 20 años, se revela que es un extraterrestre pues pertenece a la Raza Saiyan y su nombre original es Kakarotto. Hijo del Saiyan Bardock y criado por Son Gohan, derrotó al exterminador de su raza. Además, derrotó al androide Cell (salvando el Planeta Tierra) y al monstruo Bu (salvando al Universo entero). Posee un corazón puro y un alma inocente. Es el ser más fuerte del Universo.

Oob: Alumno de Son Goku. Re-encarnación del enemigo más poderoso que haya tenido el Universo. De familia humilde, se da cuenta de su origen participando en el Tenkaichi Budokai. Más tarde, es llamado por Son Goku, para un entrenamiento conjunto. Fue el primer discípulo de los seis que tiene su maestro.

Takuya: Alumno de Son Goku. Al contrario de los demás, solo tiene 14 años pero parece mucho mayor. Rescatado por Son Goku de un terremoto en el que perdió a toda su familia. Es el más novato del grupo y posee una baja autoestima.

Hito: Alumno de Son Goku. Proveniente de una familia que posee acciones en Capsule Corp. En la Universidad, se cansó de tener una vida aburrida y comenzó a viajar por el mundo. En uno de esos viajes, se extravió y llegó al Monte Paoz. Fue el último en adherirse al grupo.

Suguru: Alumno de Son Goku. Descendiente de hombres gigantes y humanos, posee un gran cuerpo, aunque no llega a ser un gigante propiamente dicho. Al iniciar su adultez, los varones de esa raza son abandonados para que aprendan a defenderse. En uno de esos viajes, llegó al Monte Paoz y se juntó al grupo.

Yaga Mane: Alumno de Son Goku. Delincuente, decidió dejar esa vida para purificarse. Tras participar en varios torneos, decidió buscar a Son Goku para ser su alumno.

Jink Suh: Alumno de Son Goku. Un alienígena que estuvo viviendo en la Tierra desde que tuvo razón. Son Goku captó el Sento Ryoku que podría llegar a tener y no dudo en buscarlo y llevarlo al Monte Paoz. Fue el primero que se unió a Son Goku y Oob.

RESUMEN DE TOMOS ANTERIORES


"Había una vez un chico llamado Son Goku, que vivía en lo profundo de una cordillera y un buen día conoció a una adolescente llamada Bulma. Ambos emprendieron un viaje en busca de las Dragon Balls. Dichas esferas, al juntarse las siete existentes, dan como resultado a la aparición del dragón Shen Long, quien puede cumplir cualquier deseo que se le pida. Sin embargo, tras pedir el deseo, tarda un año en volver a aparecer. Aprovechando el tiempo, decide aprender artes marciales con el maestro Kame'Sen'Nin y dedicarse a ello. Son Goku derrotó a muchos enemigos en el pasado, entre ellos, al poderosísimo monstruo Bu. Diez años más tarde, decide entrenar a su reencarnación. Han pasado 20 años desde aquel entonces. Nadie sabía que la maldad en el Universo no había terminado...


"EL REGRESO DE SON GOKU Y SUS AMIGOS"

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No era muy común que allá hiciera algo de calor. Era un lugar más bien frío pero sin llegar a nevar. Era un lugar no muy al Sur, todo rodeado de árboles y varios montes sobresalían. Era un invierno poco común, los pájaros caían congelados de los troncos de los pinos cada tanto. El rocío por la noche era algo que asustaría y haría pensar dos veces a un zorro, a un tigre o a un pterodáctilo si salir de caza o no. Los sonidos de las alas de los buhos ya eran escasos y los lobos ya no le aullaban tanto a la Luna Llena. El satélite terrestre se asomaba bien por los caminos y por los montes. Era blanco, gigantesco y hermoso. Cualquier Romeo la querría para regalársela a su Julieta.

Ya hacía, al menos, quince años que nadie vivía allí, en lo profundo de las cordilleras. Las pocas familias que vivían por ahí se mudaron a la ciudad y se olvidaron rápidamente de ese cordón montañoso, tan profundo, grande y maravilloso. Nadie recuerda ya esos bellos paisajes con su bella fauna y flora. Con sus hermosos valles, montañas, bosques, ríos y arroyos. Nadie recordaba ya, tan exactamente, el Monte Paoz.

El hombre que sostenía la pila de leña, dejó caer todos los kilos sobre su espalda. Dió un salto algo imposible para un humano común, y miró como la leña se apilaba automáticamente. Por fin le salió bien: era, al menos, la décima vez que lo hacía. A los demás, les había costado dos o tres veces. Unos momentos después, pensó que está bien que así sea, ya que el era solo un hombre...pero de 14 años. Pero parecía mayor. Su cabello negro desordenado y su altura le daban ese tinte. Observó triunfalmente su pequeña montañita de leña y se arrodilló a la rivera del río. Como era su deber llevar la comida al grupo, decidió buscar un pez grande que estuviese a la altura de los grandes gustos de sus compañeros. Se quedó ahí, espectante.

Un pez no tardó en saltar. El hábil pescador saltó (otro salto semi-humano) y lo noqueó, lanzando al pez contra la orilla y aterrizando en la hierba, al costado del río.

-Vaya... parece que es grande, no? -preguntó Hito, un hombre vestido con un traje de entrenamiento celeste, cinturon de tela y muñequillas amarillas. Alto, rubio y de buen cuerpo. Cabello corto, una barba candado y una de esas sonrisas que parecen sacadas de comerciales de dentífricos. -Muy bien, atrapaste uno de los mejores.
-Jajaja, si vos lo decís. -respondió Takuya al mismo tiempo que agarraba al pescado gigante junto con Hito. Lo dejaron a un lado y decidieron empezar a asarlo. Luego de un tiempo, ambos se sentaron frente al pez asándose, allá, en el Monte Paoz, en plena noche con esa luna que era hermosa.-Que... que extraño que el Maestro solo coma más que el doble de todos nosotros juntos, no? -recordó sonrientemente mirando el crepitar de las llamas.
-Posee un gran estómago... pero bueno. -respondió Hito mirando las llamas, sonrientemente también .-Debe ser cuestión de su raza, supongo...
-Estoy de acuerdo. Pensar que a nosotros este pez nos bastá y para el Maestro esto es... jaja, nada!.
-Si, es extraño...

Takuya e Hito seguían allí en la noche. Hablando de la vida, como dos buenos compañeros que eran. Larga fue la charla, hasta que el pez ya estaba perfectamente comestible. Los otros cuatro miembros y el Maestro se acercaron. Todos se sentaron alrededor del pez asado, a modo de fogón. Hito y Takuya hicieron una cena deliciosa. Comenzaron a servirse, cada uno una porción del pez gigantesco. El Maestro también decidió comer un poco, aunque él ya había cenado.

-Hmm, esto está delicioso. -dijo Oob sentado y mirando a Takuya. Era morocho, alto, y tenía una creste negra en el cabello. Estaba igual vestido que Takuya, el Maestro, Hito y el resto del grupo.
-Claro que sí -dijo el gran Suguru. Era el más grande del grupo. Cabello largo y pequeña barba, se devoraba monstruosamente su trozo de pescado.
-Es realmente, uno de los pescados más grandes que ví -replicó Yaga Mane, un tipo pelirrojo de cabello largo y un diente de oro. -Felicitaciones, Takuya.

Todos siguieron hablando entre ellos. Excepto el Maestro, que no era de hablar mucho, aunque siempre fue muy simpático con los demás. El pescado fue devorado completamente. Todos se quedaron satisfechos, mirando el cielo estrellado con esa luna tan misteriosa y con el sonido del crepitar de las llamas.

-Saben... yo... yo no amo la Luna tanto como lo hacen ustedes.-dijo el Maestro mirando al cielo y con una sonrisa algo tímida. No era consciente que todos lo miraban a él.
-Co... como dice, Maestro? -preguntó un asombrado Jink Suh, un rechoncho y bajito alienígena celeste. tenia unas pequeñas antenas sin formación, carecía de nariz y poseía un par de colmillos.

Son Goku alzó su rostro y siguió mirando al cielo. Apenas había envejecido tras los 30 años en el que el Universo había estado en peligro. Durante esa batalla, la tierra fue destruida, su familia había sido asesinada, los dioses también habían sido masacrados, hasta tuvo que fusionarse... Amaba las batallas, pero esa guerra que había tenido no le hacía mucha gracia. No veía a su familia desde hace 20 años y no pensaba mucho en ellos... podría decirse que el encierro en Monte Paoz lo endureció.

-Maestro... -comenzó a decir Suguru.
-Pasó algo trágico la vez que era niño y miré la Luna en este lugar. -bajó la cabeza, cerró los ojos y sonrió. Todos miraban en silencio, menos Jink Suh que era mucho más frío que el resto. Se quedaron un rato mas en la fogata, charlando, viendo las estrellas y finalmente, se durmieron, para mañana continuar con otro día de entrenamiento. Para ser más fuertes. Todos querían ser más fuertes, incluso Son Goku.

El dia siguiente iba a ser muy bello, tanto como lo fue la noche. Iba a ser un dia de entrenamiento, pero no todos eran iguales. Algunos eran para meditar, otros eran para aprender a defenderse, aprender a atacar, expulsar y ocultar ki, y otros tipos de entrenamiento eran para encontrar la Dragon Ball de Takuya... sí. A pesar de ser el más fuerte del Universo y tener a otros seis tipos fortachones atrás suyo, no podía encontrar la esfera de una estrella, que le pertenecía a Takuya. Son Goku guardaba la esfera de cuatro estrellas, Yaga Mane la de dos estrellas que fue el único que tuvo una Dragon Ball antes de reunirse con su maestro. Oob poseía la de siete estrellas, Hito la de tres, Jink Suh la de cinco y el gran Suguru la de seis, que fue la más reciente que se encontró. Todos protegían las Dragon Ball, para ocultar a Shenron de la humanidad. Por qué? Solo la voluntad de Son Goku era así. Nadie sabía porque, pero les parecía bien. Todos ellos ya sabían para que servían las Dragon Balls. Pero nadie traicionaría a Son Goku, no eran ambiciosos. Eran todos almas puras, desde el alienígena Jink Suh hasta el ex bandido Yaga Mane. Ellos estarían ahí para defender la Tierra por si algo pasaba. Alguna que otra vez, Son Goku mencionó un par de luchadores que eran muy fuertes, entre ellos su hijo, pero evitaba hablar de ellos, y cada vez que alguien preguntaba algo con respecto a eso, cambiaba de tema o lo ignoraba o algo.

El día de entrenamiento fue muy bueno, mientras Son Goku les enseñaba como ocultar su ki en cuestión de segundos, algo muy dificil de hacer y que el aprendió en la pre-adolescencia. Takuya era el que menos éxito tenía ya que era casi incapaz (por no decir totalmente incapaz) de ocultar su ki en no menos de dos minutos... y eso era algo muy malo. Son Goku le daba ánimos pero el adolescente no respondía como hubiese querido. El entrenamiento siguió hasta el ocaso.

Es ahí, cuando el Ragnok llegaba al Monte Paoz, pero nadie lo había notado. Son Goku fue hacia la casucha que se encontraba en el monte. La casucha en donde habia vivido cuando era niño. Se tiró a descansar allí, feliz porque todos habían conseguido (no sin esfuerzo) ocultar su ki de manera rápida. Todos menos Takuya... Qué pasaba con ese niño? Fue un error de él, haberlo incorporado al grupo? Era tan solo un pibe común?.. aunque no era común, no poseía una fuerza ordinaria. Tendría que ser más duro con el? Tendria que dejar de darle ánimos? Tendría que llevarlo a entrenar con Kam...

Un ruido sordo sacó a Son Goku de sus pensamientos. Se incorporó enseguida. Salió de la casucha y vió al mini gigante Suguru tirado en el suelo, con su cuerpo chorreando sangre y un agujero en el medio de su vientre... había sido atravesado. Se sintió conmocionado, más que nunca en muchísimos años. Enfadado. lanzó un rayo de ki al cielo, a modo de alarma. No tardaron en aparecerse por cielo y tierra sus alumnos: Yaga Mane, Jink Suh, Oob, Hito y Takuya. Todos la misma cara de horror y sus exclamaciones alteradas. Qué habia pasado? Quien haría algo así? Por qué? No se entendía el porque.

-Muy bien. -dijo Son Gokú seriamente. Iba a ser la primera batalla verdadera que tendría junto a sus alumnos. Todos estaban alerta. -Hito, Jink Suh, vayan hacia el sur! -no tardaron en despegar y se fueron en esa dirección -Oob ve hacia el este, Yaga, ve hacia el oeste. -miró desconfiado al adolescente. No le agradaba mucho la idea... -Voy con Takuya hacia el norte..
-Señor, le parece bi... -comenzó a decir Yaga Mane.
-Claro que sí. Vamos. -Se fueron en todas direcciones. La casucha en Monte Paoz y el cuerpo del semigigante habían quedado atrás... y las esferas también. Ya gracias a su sabiduría, no tardó en darse cuenta. Le habían robado la esfera a Suguru. Takuya iba a la misma velocidad al lado de él. No tardaron en sentir un ki. Le gritó al adolescente que se detuviera. Miraron para ambos lados... Son Goku no dudaría en pelear, vengaría la muerte de su adepto. Bajaron a tierra, en el medio de otra cordillera montañosa, mucho menos bella que el Monte Paoz.

-Maestr... -comenzó a decir Takuya pero no había necesidad de decir más nada. Se encontraba alguien más allá.

De contextura pequeña, piel blanca y ojos saltones, apareció caminando allá, en el medio de la nada, junto con los dos hombres. Son Goku le preguntó quien era, Takuya estaba asustado. Ambos sabían que ese tipo exclamaba un aire maligno. Ese aire maligno no los echó atrás.

Son Goku entendió todo, desde ese momento.

Pero sucedió muy rápido todo para Takuya. Su Maestro ya no era como lo había conocido. Un ser de extraño pelaje rojizo, cabello negro largo y cola se abalanzaba contra el pequeño ser, que emitió una luz blanca. Y todo se perdió. Todo se hizo blanco.

La sensación era desesperante, no sabía que había pasado. Qué habia pasado?

Cuando volvió a ver, el ser estaba fallecido en el suelo y decapitado. Una sangre como maná le salía por todos lados, le recordó a su amigo asesinado. A su lado, envuelto y manchado por ese maná estaba el mismo ser que había atacado al pequeño y feo enemigo.

-Ma...maestro?.. -pero no respondió. Se quedó mirándolo. El ser con cola, cabello negro y pelo rojizo lo miraba enfadado, seriamente. Su cuerpo parecía el de un primate, pero conservaba los pantalones, y sus ojos tenían un retoque rojizo que exaltaba más aún sus expresiones.

Son Goku con aspecto totalmente diferente se acercó hacia su alumno. Takuya retrocedía pero su maestro transformado se acercaba más y más. Hasta que se detuvieron, se miraron.

Ahí es cuando Takuya entendió que debía huir por su bien, para salvar su vida.

Tomó vuelo y una explosión bárbara sacudió todo el paisaje. El haz de luz lo cegó por unos segundos, pero cuando recobró la vista, se dió cuenta de que estaba muy lejos de allá.

Que debia hacer? Donde estaba su maestro? Por que lo habia atacado?

Takuya siguió avanzando hacia el Monte Paoz. Llegó afuera de la casucha, con el cuerpo de su amigo asesinado aún tirado ahí y lanzo la señal de alarma.

Habían perdido a su maestro. El mundo estaba en peligro... y él ya no estaba con ellos.


FIN

Continuará...


YO NO REPRESENTO DRAGON BALL. DRAGON BALL es representado por Sueisha ltd y Toei Animation. (c)1985. - 2011.

Imagen
Son Goku Super Saiyan 4, dibujado por Akira Toriyama.
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