Mirai's Tree.

Para todos aquellos escritores que quieren compartir sus obras con el mundo, ya tienen el rincón para hacerlo. =)
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Spike
Breeder
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Mirai's Tree.

Mensaje por Spike »

Si comentan no me enojo XD

Era un día soleado, casi todo el pueblo estaba reunido en aquella plaza tipo siglo XIX, era hermoso, había niños comprando paletas de hielo mientras sus padres charlaban como enamorados bajo los frondosos árboles del lugar, era perfecto para todos, menos para mí.
¿Cuál era la razón para que en mi rostro no se esbozara una sonrisa? Simplemente porque viendo a aquellos enamorados sentía celos, yo nunca había experimentado el amor, hacía unos años que había ido a terapia y mi psicólogo me había dicho que si no me amaba a mí mismo, no amaría a nadie más.
Él estaba equivocado, yo no era como ésos tipos que pasan el día entero lamentándose de lo miserables que son sus vidas, me amaba a mí mismo, pero simplemente no podía encontrar aquel sentimiento mágico comprimido en 4 letras.

Ahí, sentado junto a una pareja me sentía como alguien que acabaría solo hasta el final de sus días, pero entonces la vi. La joven más hermosa que hubiera visto jamás, ángeles quedarían como porquerías frente a ella, sus ojos color aqua miraban inquietos hacia un viejo árbol, su cabello castaño oscuro se movía con el viento tapando su hermosa piel blanca, era hermosa.
Estuve examinándola durante algunos segundos, su pantalón de mezclilla, su blusa negra que decía con letras blancas: “If you could read in my mind right now, you wouldn’t be smileing”. Sus tenis converse color negro, parecía que cualquier pedazo de tela se le vería bien.

Era simplemente hermosa y estaba sola dibujando, parecía esperar a alguien.
-Su novio- pensé mientras bajaba la vista, después de un rato la levanté, y para mi sorpresa ella se levantaba de su asiento; sentí que debía ir a conocerla, talvez no la volvería a ver en toda mi vida, así que salí corriendo mientras pensaba: “¿Qué carajo le voy a decir?”.

-Disculpa- dije con tono nervioso, sin poder evitar oler el perfume que usaba.- tu... ¿esperabas a alguien?.
-No.- me dijo sonriendo- estaba dibujando el árbol de allá, me gusta mucho dibujar, y como hoy hay mucha gente sólo vine a tratar de memorizarlo para dibujarlo un poco más en casa.- Eso lo decía todo, yo había quedado como un idiota frente a ella.

-Oh, bien, es sólo que supuse que... pues..., tu esperabas a alguien.- le dije aún más nervioso.
-jaja, pues no, sólo vine a estudiar el árbol.- dicho esto, se despidió, y caminó lentamente admirando los demás árboles; me pregunté porqué había elegido ése árbol viejo en lugar de cualquiera de los demás.
Pasaron los días, y yo, pasaba por aquella hermosa plaza cada día, para ver si aquella joven volviera a terminar de dibujar aquél árbol, recuerdo que un día me senté en una banca frente al árbol, para ver si había algo especial en él. No encontré nada.

-Hola.- escuché a la media hora de haberme sentado ahí. Era ella, con una falda azul marino y una blusa azul cielo que opacaba el cielo de aquel lugar, tenía escrito “Blind” en ella, nunca había visto a alguna chica con esa marca de ropa, sólo a las que andaban en patineta, y la mayoría no eran nada femeninas, todo lo contrario a ésta, usaba unos zapatos de plataforma azul marino y cargaba un block de dibujo.
-Hola, nos vemos de nuevo.- dije sonriendo, ella respondió a mi sonrisa, se sentó a un lado mío, abrió su libreta, y centró su atención en aquél frondoso árbol. No habló y durante algunos minutos se puso a dibujar, de verdad sabía dibujar, no era como los tipos desesperados que se ponen a dibujar tonterías en lugares públicos para atraer la atención de las chicas.

No quise voltear a ver su dibujo para no incomodarla, aunque ya lo hubiera visto, así que seguí ahí sentado, viendo al árbol y escuchando el sonido del lápiz moviéndose rápidamente, así pasaron unos minutos más, de repente no escuché el sonido, la chica cerró su libreta, y cuando volteé, me dijo:
- Tienes un perfil muy peculiar- me dijo, al escuchar esto no supe si agradecer o enojarme, sólo me sonrojé.
- Gracias .-dije volteando a verla sonriendo.- ella señaló al árbol y me dijo:
-Ese árbol lo dibujó mi abuela hace varios años, luego mi madre, y ahora es mi turno de hacerlo. Estamos fomentando una tradición familiar.
-¿Puedo preguntar porqué precisamente ese árbol?- ella no mostró ningún signo de haberse molestado por mi pregunta, y volteó a verlo de nuevo llena de entusiasmo.
-Eres la primera persona que lo pregunta... es porque, en ése árbol, mi abuelo le pidió matrimonio a mi abuela, y ella por miedo a que algún día el árbol fuera talado y que se perdiera el recuerdo decidió dibujarlo. - me sorprendí mucho, era una especie de forma de que nunca se olvidara el lugar donde una unión se había hecho.

-Es muy lindo ese detalle de tu abuela.- dije sin poder quitar la vista de aquél árbol.
-Sí, me falta poco para terminar de dibujarlo, podrás verlo terminado en ésta semana.- oyendo esto sonreí, tenía una cita.
-Muchas gracias, perdón, pero... ¿puedo preguntar tu nombre?
-Me llamo Mirai Lindemann, ¿y tú?- por un momento no recordé ni mi nombre, “Mirai”, era un nombre tan hermoso como la persona, sonreí.
-Oye...-Escuché, desperté de aquél pensamiento- ¿Tienes nombre?.
- Sí, me llamo Spike, Spike Spiegel.- estaba aún en mis pensamientos cuando escuché:
- Muy bien Spike, me ha gustado platicar contigo, ¿te parece si nos vemos aquí mañana más o menos a ésta hora?.
-Claro.- dije emocionado, muy feliz para disimularlo.

Desde ese día, Mirai y yo nos hicimos muy buenos amigos, platicábamos de todo lo que nos pasaba, aquélla plaza era nuestro lugar especial. Un buen día, Mirai me invitó a cenar a su casa.
Vivía algo lejos de la ciudad, sólo con su hermano Eduardo, un tipo fornido, de cabello castaño y ojos azules, parecido hasta cierto punto a Mirai. Al parecer le había caído bien, porque me enseñó toda la casa, era enorme, hermosa y detallada.
Me llevó a la cochera, y ahí, me dijo:
-Escucha Spike, quiero que hagas algo- Me espanté por un momento.
-Claro, ¿Qué pasa?.
-Pues, sólo quiero que cuides a mi hermana, mucho. Por lo que ella me ha contado eres un buen sujeto, y no quiero que le hagas daño.- Estaba sorprendido, ¿cómo podía ella quererme?.
-Claro que la cuidaré mucho, la quiero demasiado como para hacerle algo que siquiera la moleste.- dije a Eduardo, quien dibujó una sonrisa en su cara.
-Entonces vamos, hay sushi para la cena.- me dijo estrechando mi mano.

Después de la cena, Eduardo se fue a comprar una botella de vino y nos dejó a Mirai y a mí, yo estaba muy nervioso. Estar en un lugar público con ella era algo pero, ¿solos? ¿En su casa?.
-Mi hermano y yo vivimos solos porque mi mamá salió al extranjero. Volverá en unos meses.- dijo por fin, sentada frente a mí aún en el comedor.
-¿Eso para ti es bueno o malo?- pregunté- para mí sería lo máximo algo como eso.
-Pues, no es tan divertido como parece, a veces la extraño, y la casa se pone algo sola cuando mi hermano sale de viaje también, por eso me gusta salir a dibujar.- Oyendo esto sonreí, ella no era una especie de chica alocada, pero, por lo que había visto en días anteriores, no era tan reservada como parecía.
-Bueno, supongo que ya es hora de irme, es algo tarde.- dije algo preocupado por la hora.
-Muy bien, te acompaño a la puerta.
Caminamos hasta la puerta, Mirai la abrió, y afuera estaba su hermano, no estaba solo, estaban tres tipos con pasamontañas, completamente vestidos de negro, uno le apuntaba con una pistola a la cabeza y los otros dos entraron a la casa, uno me golpeó en la cara, caí al suelo y vi cómo el otro tomaba a Mirai y el otro le gritaba a Eduardo:
-¡¿Dónde está el dinero!?- El hermano de Mirai no habló, el tipo lo golpeó con el mango del arma y lo tiró al suelo, cerca de mí, estaba inconsciente, y pretendí que también lo estaba.
Los tipos pasaron, yo me levanté, sentía cómo la sangre de mi cara caía al suelo. Pero no podía dejar que ésos imbéciles le hicieran algo a la mujer que yo amaba, tomé un jarrón y lo estrellé contra el que tenía a Mirai sujetada del brazo, cayó al suelo y ella corrió con su hermano, quien estaba sangrando también, me quedé con los dos tipos, uno me apuntó con su pistola a la cabeza.
-¿Qué es lo que quieren?- pregunté enfurecido.
-Sólo dinero- Dijo el que sostenía la pistola arma y me disparó en el pecho.
No vi nada, cuando desperté, estaba en el hospital.
-Spike...- oí una voz, era Mirai.
-Qué bien que has despertado -me dijo con lágrimas en los ojos.- Has estado en coma durante unos días.
No respondí, la miré a los ojos, viendo que tenía un golpe en la mejilla derecha, traté de gritar, me dio tanta rabia que casi quise matarme por dejar que eso sucediera.
-Mi hermano está bien, fue secuestrado y mi madre pagó el rescate, aunque, está muy grave, los secuestradores lo golpearon y creyeron que lo habían matado.
Cerré mis ojos, salieron lágrimas de ellos, todo es mi culpa pensé mientras trataba de mover mi mano, Mirai la tomó y dijo:
-Me iré de México.- sentí cómo mis nervios se destrozaban, y me quedé dormido.

El dolor fue insoportable, no pude hacer nada para impedir que el hermano de Mirai fuera secuestrado, ni siquiera cuidé de ella como él me había pedido, todo era terrible.
Desperté de nuevo. Ésta ves quien estaba conmigo era una mujer de cabello castaño, ojos con un tono violeta y de piel blanca, usaba un vestido negro.
-Tú eres Spike, ¿verdad?- La miré y asentí con la cabeza.
-Pues bueno, mucho gusto, yo soy la madre de Mirai. Ella me pidió que te cuidara unas cuantas horas.
-¿Qué pasó con Eduardo?- pregunté con voz ronca.
-Él perdió la batalla... Murió esta mañana.- cerré mis ojos y de nuevo lloré. Mirai debía estar destrozada....
-No...- dije, guardé silencio con los ojos cerrados, pretendiendo que dormía, y claramente pude escuchar a la madre de Mirai llorando. Todo había terminado, ya no tenía más razones para vivir, me dejé llevar...
No me di cuenta en que momento me quedé dormido.

Desperté de nuevo, no había nadie en mi cuarto, un rato después llegó una enfermera y se sentó junto a mí para cambiar mi suero...
-¿Qué pasó con Mirai?- pregunté con una voz más ronca que la ves anterior.
La mujer dudó un momento y al fin dijo:
-Ella.... está muerta, se suicidó después de saber que su hermano había fallecido.
No pude ni respirar, el amor de mi vida estaba muerto, y lo peor, se había suicidado.
Pasaron los meses, y por fin me recuperé un poco, lo primero que hice fue ir a ver la tumba de Mirai, noté que cerca de su tumba, en la tierra había una hoja mal enterrada. Era el dibujo del árbol de Mirai.
“Te lo mostraré cuando lo haya terminado” resonó en mi cabeza espantándome un poco...
Seguí en contacto con la madre de Mirai, quien vendió la casa de sus hijos, eventualmente se fue a vivir a Estados Unidos y se casó con otro hombre, hace ya dos años que tuvieron una hija a la que llamaron Rebecca.
Yo, Actualmente sigo viviendo en el mismo pueblito, si me quieren encontrar, estaré en aquella banca, frente al árbol de la familia de Mirai.

Fin.
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