[Pokémon Dreamers]

[shiny scyther]

El jude bear esta en el team rocket!!!!!

Me gusto, violencia, señor Tommy, violencia para todos. Y dfejaste la trama a punto caramelo pa querer ver lo que sigue, muy bien. Y al final era un drifloom.... nop me la esperaba, tambien pense en gastly

[shiny scyther]

Flood, delicioso, delicioso flood.

Te lo debia desde el fanart de los lideres de gimnasio de Oryu.....

[SPOILER]
[/SPOILER]

[Tommy]

[SIZE="6"]Ah la mierda.[/SIZE]


































































Perdí la virginidad. <3

[Tommy]

• Capítulo 5 •
Una R manchada con sangre.

Los allí presentes ya no sentían calor, frío, miedo, emoción, ni nada por el estilo. Simplemente siguieron su instinto como entrenadores y arrojaron las esferas carmesí y blancas al aire, liberando allí a varios pokémon, muy distintos entre sí. Los árboles mecían sus hojas al compás de la fresca brisa que cada vez se hacía notar más, y el Sol aún seguía bastante alto en el cielo. El par de oficiales de policía y sus pokémon simplemente cumplían, humillados, el papel de espectadores, inmovilizados por las fortísimas telarañas de los Ariados y Spinarak. El pelirrojo, No Voice, por fin se había apartado de Kazuki, colocándose a la par del muchacho delgado y de cabello rapado.
De las dos pokébolas de Kazuki surgieron la zorra de fuego, Ninetales, y una ya en plena forma Quagsire. A ellas se sumó el Drifloom, quién parecía siempre ausente y ajeno a la situación.
Por parte de Haruko, surgió de su pokébola un pokémon cuadrúpedo, de pelaje negro y azulado en algunas partes, con un par de ojos rojos y una larga cola terminada en una estrella amarilla. Era una Luxray, que rápidamente soltó un gruñido haciendo saltar chispas eléctricas de su pelaje oscuro.
De los dos Rockets, sólo el de cabello rapado y pequeños ojos negros arrojó dos pokébolas, mientras que el de cabello rojo oscuro no liberó ningún pokémon. De los receptáculos surgieron un simio redondo de pelaje blanco, furiosa mirada y fuertes puños que golpeaban rápidamente el aire, y una criatura voladora pero no emplumada, de color azul, grandes alas púrpura y una enorme mandíbula de afilados colmillos. Eran un Primeape y un Golbat.

-“¿Van a usar sólo dos pokémon contra los cuatro nuestros?” –pensó Kazuki, desconfiado, tratando de mantener la calma. Algo debían tramar.
-¡Golbat, Supersónico! –ordenó el delgado muchacho rapado, presentando su malévola sonrisa.
-¡Ui, no lo dejes atacar, Ataque rápido! –mandó Kazuki como contraataque-, ¡Helena, mantenelos a raya con tu Bomba fango!
-¡Primeape, Golpe karate! –volvió a ordenar el Rocket, señalando a Ninetales.
-Kay Adams, Onda trueno –indicó tranquilamente la chica de cabello caoba, con los brazos cruzados.
Tras recibir las correspondientes órdenes, los pokémon se lanzaron al ataque en una feroz batalla campal, digna de una película de Quentin Tarantino. El gran murciélago azul abrió aún más sus fauces comenzando a emitir un agudísimo silbido, y desprendiendo ondas sonoras de un color azulado que podrían haber dejado sordos a todos allí, de no ser porque Ui fue mucho más rápida, embistiendo con fuerza al Golbat que salió disparado contra un árbol. Pero Ninetales no pudo descansar luego de eso, ya que rápidamente el Primeape comenzó a lanzar rápidos y fuertes Golpes karate contra ella, obligándola a realizar todo tipo de movimientos evasivos para no recibir ninguno de ellos. Por suerte para ella, una certera Bomba fango de Helena obligó al primate a apartarse dando ágiles saltos hacia atrás. Golbat se lanzó nuevamente al ataque, ésta vez cargando contra la Quagsire y comenzando a iluminar sus alas de un resplandor blanco, en un Ataque ala que no llegó a concluir esta vez por culpa de la Luxray de Haruko, quién acertó con su Onda trueno, electrificando el cuerpo del pokémon venenoso y paralizándolo.
-¡Drifloom, prepará tu Foco de energía! –mandó Kazuki a su pokémon fantasma, quién apenas oyó la orden se rodeó por aquella aura rojiza que incrementaba sus capacidades de ataque. Luego el pelinegro se dirigió a su Quagsire-. ¡Helena, Portazo contra ese Golbat!
-¡Primeape, no le permitas tocar a Golbat, dale tu mejor Golpe karate!
La pokémon de agua se lanzó al ataque contra el murciélago, pegando un ágil salto impulsada por sus patas y cola, y girando en el aire lista para darle un fortísimo Portazo con su cola, cosa que el simio luchador intentó evitar pegando otro fuerte salto contra ella, siendo repentinamente inmovilizado por las fortísimas mandíbulas del pokémon eléctrico de Haruko, Luxray, quién lo sujetaba de una pata con mucha fuerza, para luego arrojarlo fácilmente contra un árbol. Con el camino despejado para realizar el ataque, la cola de Quagsire golpeó con una fuerza tremenda al Golbat, o eso fue lo que creyeron tanto Kazuki como Haruko, pero lo cierto fue que la resbalosa criatura celeste se quedó inmovilizada en pleno aire, casi como por arte de magia. Kazuki no lo podía creer, y sin embargo la entrenadora reaccionó automáticamente clavando su mirada en el sujeto de negro, llamado No Voice por su colega. Haruko emitió un gruñido por lo bajo.
-¡¿Qué fue eso?! –soltó Kazuki, incrédulo-, ¡Helena, no te quedes ahí flotando, hacé algo!
Quagsire intentaba con todas sus fuerzas escapar de aquella prisión psíquica que la mantenía suspendida en pleno aire, a centímetros de un aún paralizado Golbat.
-¡Kay Adams, Rayo contra la copa del árbol! –mandó repentinamente la chica, señalando por sobre las cabezas de todos los allí presentes.
Sin vacilación, Luxray acumuló rápidamente una enorme cantidad de energía en su cuerpo, para luego soltar junto a un potente rugido una inmensa descarga eléctrica que se dirigió raudamente contra el árbol, causando allí arriba una explosión que casi lo derriba, dejando caer desde las alturas varias ramas y un montón de hojas. También cayó desde las alturas algo que no era ni ramas ni hojas, sino más bien una criatura amarillenta que, antes de tocar el suelo, quedó un instante suspendida en el aire y luego terminó de descender con calma. Era bípedo, y su cuello estaba rodeado por una especie de melena blanca, además de portar en su mano derecha un pequeño péndulo de metal.
-¿Hypno? –inquirió la chica para sí misma, con una expresión que se encontraba lejos de la calma absoluta.
Por su parte, Kazuki decidió no darle tiempo a la sorpresa.
-¡Drifloom, dale a esa cosa con un Tornado! –ordenó Kazuki a su pokémon, el cual asintió rápidamente.
El fantasma volador invocó entonces, y tras realizar efectivamente su Foco de energía, un pequeño pero rápido Tornado que se dirigió hacia el nuevo pokémon, que simplemente movió su mano hacia arriba extendiendo sus dedos para anular completamente el ataque, desintegrándolo. Luxray no pensaba darle tiempo a Hypno para volver a atacar, por lo que se lanzó furiosamente contra éste, embistiéndolo con su Ataque Rápido y arrastrándolo varios metros, casi hasta chocar contra el tronco de otro árbol, pero el amarillento pokémon lo detuvo con ambos brazos, presentando una considerable fuerza física.
-¡¡Primeape, Furia contra Luxray!! –mandó un ya no tan sonriente entrenador delgado-, ¡¡Golbat, termina con el fantasmita volador con tu Mordisco!!
Aún siendo sujetado con fuerza por Hypno, la felina eléctrica logró soltarse haciéndose hacia atrás con un brusco salto, sólo para ser recibida por una serie de furiosos puñetazos del simio luchador, cuyos ojos se habían tornado de un furioso color rojo. Arriba, abajo, izquierda, derecha, los golpes de Primeape apuntaban hacia toda posible dirección, y pese a ello a Luxray parecía no incomodarle ni cansarle en lo más mínimo tener que eludirlos. Mientras tanto, el Golbat ya libre de la parálisis se lanzó volando hacia Drifloom, quién simplemente giró sobre sí mismo eludiendo el potente Mordisco que casi le propina. En su lugar, el ataque fue recibido por la cola Quagsire, a quién no pareció afectarle mucho pero que aún así se molestó, pegando un corto salto y luego estampando al murciélago contra el suelo con un potente Portazo.
-¡Ui, fulmina de una vez a ese Golbat, dale con tu Lanzallamas! –mandó Kazuki, impaciente por ver derrotados a los pokémon oponentes. Le pareció oír un “jeh” de parte del Rocket de bufanda roja.
Ninetales cargó rápidamente una esfera ígnea dentro de sus fauces, para luego dispararla en forma de un enorme chorro de fuego que se dirigió directamente hacia Golbat. Sorpresivamente, el Lanzallamas jamás llegó a tocarlo, adquiriendo una especie de aura azulada y cambiando raudamente de dirección, dirigiéndose hacia el globo fantasmagórico y golpeándolo de lleno. Drifloom cayó debilitado, girando el pelinegro la cabeza y topándose con un relajado Hypno, quién reposaba contra el tronco del árbol con sus ojos completamente iluminados.
-¡Mierda! –gruñó Haruko clavándole la mirada a No Voice, en cuyo rostro no se podía percibir nada, ninguna clase de expresión. Simplemente observaba el combate en silencio. -¡Kay Adams, no descanses hasta haber derrotado a ese Hypno! ¡¿Entendido?!
-¡Ui, encargate de fulminar a Golbat, Helena, vos ocupate del Primeape! –mandó Kazuki regresando al inconciente Drifloom a su pokébola.
-¡¡Primeape, Golbat, no se den el lujo de perder o juro que les voy a presentar a mi amigo el bat!! –rugió el desquiciado Rocket, recogiendo del suelo su bat manchado de sangre y blandiéndolo con fuerza, arrojando golpes al aire.
Nuevamente la ida y vuelta de ataques de parte de todos los pokémon allí presentes surgió en aquel terreno descampado del bosque. Ninetales se arrojó con furia hacia el Golbat, quién nuevamente había remontado vuelo y no permitiría volver a ser ridiculizado aquella vez. La zorra de fuego comenzó con una serie de Ataques rápidos, pegando saltos y embestidas que no parecían cansarle en lo más mínimo, mientras que el murciélago venenoso simplemente alzaba vuelo cada vez más alto, buscando flancos desprotegidos de su oponente para lanzarse en picada con su Ataque ala, siendo eludidos todos ellos aunque por escaso margen.
Por otra parte, Primeape ya estaba lanzando sus feroces puñetazos contra la Quagsire, con sus ojos teñidos de rojo y su cuerpo ardiendo en furia, el mandril no se cansaba de golpear y golpear a la salamandra acuática, quién simplemente se limitaba a tratar de eludir los ataques o simplemente recibirlos, dado a que su viscosa piel amortiguaba casi todo el daño, resbalando muchas veces los ataques del simio. Esto, obviamente, aumentaba cada vez más su locura y su ira, por lo que cada vez los golpes parecían ir con más fuerza, siendo contraatacados por Portazos y Pistolas de agua de parte de Quagsire, quién rápidamente comenzó a cansarse de no lograr atinar ningún ataque, y si lo hacía no parecía importarle a la bestia luchadora, que seguía y seguía repartiendo Golpes karate.
Luxray también se había lanzado al ataque, corriendo a una gran velocidad hacia Hypno y dejando una estela blanca tras él. El Ataque rápido, sin embargo, fue detenido en seco por los poderes psíquicos del pokémon amarillo, quién nuevamente tiñó sus pequeños ojos negros por un color azul brillante, impulsando con sorprendente fuerza a la felina eléctrica hacia atrás, y derribándola. Sin embargo la bestia no se rindió tan fácilmente, incorporándose y pegando un enorme salto para desde el aire descargar un enorme Rayo sobre el Hypno, quién ésta vez sí debió apartarse de allí, contraatacando con Psíquico y sujetando a Luxray que, en una demostración de fuerza impresionante, logró zafarse rápidamente de los poderes mentales del pokémon psíquico, lanzándose nuevamente con un potente Ataque Rápido, que fue cancelado en seco por un rápido movimiento de mano de Hypno. La Luxray de Haruko no se rindió ni se detuvo, continuando su trote veloz hacia el pokémon psíquico y clavando con fuerza sus mandíbulas repletas de colmillos teñidos de negro en el hombro de éste. Hypno no emitió sonido alguno, aunque sí pareció padecer mucho el ataque de Triturar del felino eléctrico, esfumándose del lugar, desapareciendo como por arte de magia y reapareciendo a varios metros detrás.
-¡Ya casi es tuyo, Kay! –le dio ánimos Haruko, mostrándole una resplandeciente sonrisa a su pokémon-. ¡No pares de morderlo con Triturar, esa es su mayor debilidad!
-¡Primeape, Golbat, terminen de una vez con esto y vayan luego por ese gato de porquería! –mandó el delgado muchacho del bate, señalando con fiereza hacia la Luxray de Haruko.
El felino eléctrico se lanzó entonces a toda velocidad contra Hypno, quién simplemente utilizaba su Teletransportación para eludir sus acometidas. Los afilados colmillos de Luxray cada vez se tornaban más y más oscuros, hartándose de fallar y soltando entonces una inmensa descarga eléctrica que se expandió hacia todas direcciones, obligando a todos los pokémon presentes a eludir los Rayos que caían desde todos lados hacia el pasto. Hypno estuvo a punto de ser golpeado por el potente ataque eléctrico, pero gracias a una rápida reacción y movimiento de brazos, la descarga se anuló en pleno aire justo antes de tocarlo. Su péndulo no paraba de balancearse tranquilamente sostenido por sus dedos gruesos y amarillos.

Pero entonces, y para su enorme sorpresa, Hypno perdió de vista al gran felino negro. Había desaparecido completamente, y pese a la clara inseguridad en su mirada, el psíquico no volteó. Ni siquiera se molestó en girar su cabeza en distintas direcciones para localizarlo, simplemente esperó.
Por otra parte, Helena la Quagsire se encontraba agitada, aún eludiendo sin mucho éxito las acometidas de un iracundo Primeape quién, al tener a la criatura acuática contra las cuerdas acorralada contra el tronco de un enorme árbol, cargó en su puño un resplandor incandescente que luego disparó con furia hacia la salamandra, que no pudo evitarlo y lo recibió de lleno. Kazuki soltó un gruñido, tensando sus brazos y puños. Sin embargo, la pelea aún no había concluido para Quagsire, y su rival de pelo blanco se horrorizó al notar que su puño se encontraba tragado entre las enormes fauces de ésta. Furioso comenzó a lanzar, sin detenerse, una serie de rápidos y fuertes puñetazos entre los ojos a Helena, quién no parecía tener intención de soltarlo, pero a la que su cuerpo no le duraría mucho más. Y justo cuando estuvo a punto de ceder y soltarlo, Primeape fue calcinado completamente por un torrente de fuego surgido, quizás, del mismísimo infierno. Un infierno en forma de zorro cuadrúpedo y de colores claros y radiantes; Ninetales, quién también ya había logrado derribar a un Golbat cubierto de quemaduras que yacía en el pasto. Primeape amenazó con levantarse rápidamente, desprendiendo humo de su cuerpo redondo, pero un certero Portazo de Quagsire acabó por derrotarlo. Ahora fue el delgado chico del bate quién gruñó. O mejor dicho, rugió:
-¡¡Pokémon de mierda que tenés, maldito estúpido!! –escupió las furiosas palabras dirigidas a Kazuki, aferrando sus puños al bate de madera.
Sin embargo, y lejos de intimidarse, el pelinegro se acercó a sus pokémon, acariciándolos con una sonrisa, y felicitándolos por haber salido vencedores. Justo cuando se dispuso a regresarlos a su pokébola, ya que estaban exhaustos, una fuerte onda psíquica lo levantó unos centímetros sobre el suelo y lo arrojó a varios metros de distancia, tumbándolo en el suelo y causándole varios raspones. Ui y Helena asumieron nuevamente posición de combate, clavándole la mirada a Hypno. Y Kay Adams, la Luxray, aún no daba señales de vida. Haruko se mostraba con temple tranquilo, cruzada de brazos y expectante.
-¡Eso no es justo! –se quejó el muchacho, incorporándose con dificultad, y señalando al sujeto de negro, quién observaba la situación en silencio, con los brazos aún cayéndole como pesos muertos a costados de su cuerpo. Kazuki no podía distinguir expresión alguna en su rostro. -¡Hay que hacer un último esfuerzo chicas! ¡Ui, Lanzallamas, Helena, acercate y dale con Portazo, no va a poder anular ambos ataques!
Ambas pokémon asintieron torciendo una sonrisa confiada en sus rostros. Ninetales exhaló de sus fauces una ráfaga ígnea que se dirigió raudamente hacia Hypno, carbonizando el pasto a su paso. El pokémon psíquico, como era de esperar, movió rápidamente su brazo izquierdo anulando por completo el ataque, y ese fue el momento en el que la Quagsire se había acercado, a más velocidad de la que cabría esperar, pegando un salto e iluminando su larga cola. Pero esta vez no fue el ataque Anulación de Hypno quién la detuvo, sino algo grueso y fuerte que se interpuso en su camino, golpeando y enterrándose en su estómago, para luego mandarla a volar a varios metros de distancia. Allí se encontraba el sujeto rapado, con una irreproducible expresión demencial en el rostro, y con su bate bien sujetado con ambos puños. Sonrió con simpleza.
-Y se va, se va… ¡se fue!
Ni Kazuki ni Haruko podían creer lo que habían visto. Quagsire había sido vilmente golpeada en el estómago por un batazo de aquél sujeto, quién impunemente aún blandía y lanzaba golpes al aire con su bate de madera repleto de manchas de sangre. Y la salamandra acuática no se levantaba. La chica de pelo caoba jamás había visto en los ojos del pelinegro tanto odio.
-¡Kazuki, cuidado con lo que vayas a--¡ -la frase de Haruko no logró concretarse. El pelinegro ya había entreabierto sus labios.
-Sos un hijo de puta.
Kazuki logró soltar aquellas débiles palabras de sus labios, para luego lanzarse corriendo con todas sus fuerzas contra el sujeto, quien lo esperaba pacientemente, adquiriendo la posición para batear. El tipo de cabello rojo oscuro y bufanda del mismo color que ondeaba por el viento estaba, como siempre, inmutable. El sonido del pasto carbonizado siendo aplastado por los pies de Kazuki fue lo único que se escuchó durante ese instante en el que todo sucedió. Justo cuando ambos muchachos iban a entrelazar sus golpes, delante del Rocket se teletransportó Hypno, rodeando su cuerpo amarillento por un aura azulada, pero el golpe Psíquico no llegó tampoco a concretarse, interviniendo ahora Ninetales entre el pokémon de No Voice y Kazuki. La zorra de fuego desprendió de sus fauces un nuevo y enorme Lanzallamas que el pokémon psíquico logró desviar justo a tiempo hacia su izquierda, impactando contra un árbol e incendiándolo casi por completo. El humo negro comenzó a elevarse, y el fuego poco a poco se fue expandiendo. La situación, que aparentemente no podía empeorar, empeoraba. Luxray apareció también, por detrás, aferrando sus ya completamente negras y afiladas fauces en el hombro de Hypno, quién no pudo evitarlo al concentrarse en desviar el ataque ígneo de Ninetales. El psíquico soltó un doloroso quejido, para luego realizar un ágil movimiento bajando su torso y levantando por los aires a la felina eléctrica, quién no lo soltó ni siquiera cuando su cuerpo impactó contra el suelo. Empujó con sus patas traseras a Hypno arrastrándolo hacia atrás y luego se lanzó nuevamente con su Triturar al ataque, ahora sujetándolo con furia por una pierna y levantándolo a él por los aires, revoleándolo muy lejos. Kazuki se vio obligado a apartarse, ya que Ninetales lanzó un aún más potente chorro de fuego estando Hypno en pleno aire, dándole de lleno y derribándolo. Sin alcanzar a ponerse de pie, Kay Adams ya se había lanzado nuevamente sobre Hypno, pegando un enorme salto y soltando una enorme descarga eléctrica que impactó por completo contra una enorme área del lugar.

Cayó justo sobre el pokémon psíquico, quién se encontraba en un estado lamentable, con el pelaje amarillento chamuscado a causa del fuego y la electricidad, pero aún así con los músculos firmes y con su mirada clavada en la felina eléctrica, quién lo apresaba con sus patas delanteras y traseras, sin permitirle siquiera ondular el péndulo en su mano. Ninetales hacía guardia a algunos metros, alerta y paciente.
-Ya está, Rockets –sentenció Haruko fríamente, a lo que el muchacho calvo volteó desesperadamente hacia ella. -. Nosotros ganamos, ustedes perdieron. Ahora váyanse y no estorben más acá.
El de bufanda rojiza no emitió sonido ni expresión alguna. En cambio, su compañero mucho más expresivo soltó un notorio gruñido, que resonó por encima de las crepitantes llamas que se expandían lenta pero firmemente por aquella zona del bosque. Y el humo negro ascendía.
-¡¿Rendirnos?! –escupió, furioso pero fingiendo una sonrisa-. Eso deberían hacer ustedes, ¿o en serio creen que ya ganaron?
-¡Ya ganamos, imbécil! –rugió un también molesto Kazuki, clavando sus brillantes ojos miel al Rocket del bate.
Fue entonces cuando la tierra comenzó a temblar brevemente bajo sus pies. El pasto se sacudió un poco al igual que los árboles, y Luxray aferró aún más sus garras a las extremidades de Hypno, casi como si fuera su rehén. Ui, la Ninetales, clavó sus inexpresivos y calmos ojos claros en el suelo, emitiendo un imperceptible gruñido, y Haruko acercó una mano disimuladamente a otra pokébola en su cinturón. Algo había allí abajo.
-“Ahora lo recuerdo –pensó Kazuki, sin despegar sus ojos de los del Rocket que sonreía burlonamente, en actitud desafiante-, hace un rato hubo un fuerte terremoto causado por estos tipos… ¡Mierda, esto no está bien!”
El delgado muchacho que vestía una musculosa blanca sencilla y unos jeans desgastados –y que, por lo tanto, no parecía pertenecer para nada al mismo grupo que su compañero silencioso- simplemente soltó una risotada, recuperando completamente el buen humor y regresando al fin a su Primeape y Golbat a las pokébolas, acción que imitó el pelinegro retirando con su pokébola a una maltrecha y agotada Quagsire. No Voice, el Rocket de cabello rojo y prendas oscuras pareció mover sus ojos un instante, que hacía un rato se encontraban perdidos en la nada, clavando la mirada en el suelo, expectante.
Nuevamente el suelo tembló, y antes de que Luxray pudiese prevenirlo, una fuerte descarga de energía psíquica de Hypno lo expulsó sobre los aires, incorporándose rápidamente el pokémon amarillo y comenzando a agitar violentamente ambos brazos en todas direcciones, sacudiéndolo y revoleándolo hacia todos lados, golpeándolo contra árboles. Parecía apresurado por acabar con él, pero Ninetales no lo iba a permitir, por lo que se acercó a toda prisa hacia él, embistiéndolo aunque sin causar mucho daño, para instantáneamente después abrir sus fauces lista para disparar.
-¡Fulminalo de una vez con tu Lanzallamas, Ui! –mandó Kazuki desesperadamente.
-¡Kay Adams, quiero que me muestres el Rayo más grande que haya visto jamás, ahora mismo! –ordenó Haruko por su parte, apretando sus puños con tanta fuerza que parecía que explotaría en cualquier momento como globos.
Ambos pokémon emitieron un potente rugido, ignorando como cada vez el suelo y los árboles se agitaban más y más, o como las llamas se habían ya propagado alrededor del campo de batalla, levantando una humareda negra enorme que obligó a sus entrenadores a cubrirse los rostros con la mano, y acto seguido descargaron su furia guerrera sobre el Hypno.
Por un lado, un Rayo de proporciones grotescas fue expulsado por Luxray, cayendo exactamente sobre dónde estaba parado el psíquico, y por el otro lado un imponente torrente ígneo fue escupido por Ninetales, dirigiéndose a quemarropa directo hacia el mismo blanco. No podían fallar. Los ataques eléctrico e ígneo impactaron entrecruzados justo sobre Hypno, envolviéndolo en un enorme torrente de llanas y de chispazos con una enorme potencia y carga eléctrica, causando un sonido ensordecedor que retumbó en todo el bosque. Una parvada de Spearow escapó espantada. Kazuki y Haruko debieron esperar impacientemente el resultado del potente ataque, el primero cruzando los dedos, mientras que los Rocket se mantenían también expectantes. No Voice se veía relajado, y el pelinegro pudo adivinar una pequeña sonrisa curvándose en sus delgados labios, a lo lejos.
-¡Mierda, sigue ahí! –exclamó entonces, y sin que siquiera el humo se dispersara, Ninetales entendió eso como una orden para reanudar el ataque, disparando sin cesar ráfagas de fuegos de su boca, aunque cada vez con menos fuerza.
-Ustedes no se rinden, ¿eh? –sonrió Haruko sin ningún ápice de felicidad o alegría.
Un certero Rayo de Kay Adams acabó por dispersar la nube negra de humo, por fin revelando el estado de Hypno. Tal y como los dos jóvenes entrenadores adivinaron, allí seguía el pokémon psíquico, intacto dentro de una enorme cúpula verde brillante que funcionaba como campo de fuerza. A su lado, y surgiendo de la tierra, se podía apreciar a un pokémon marrón… ¿o eran tres?
-“¡Son Digglet! –pensó instantáneamente Kazuki tras distinguir la forma del nuevo pokémon surgido desde las profundidades-. Esas mierdas siempre molestaban a papá con su cosecha…”
-Qué interesante –dijo por fin Haruko, irrumpiendo los pensamientos del pelinegro y curvando un poco más sus delicados labios-, un Dugtrio. Ciertamente estaba entre mis candidatos de haber creado semejantes sismos.
-¿Dugtrio?
El nuevo, y definitivamente enemigo pokémon surgido de la tierra no llegaba al metro de estatura, y parecía estar formado por tres individuos de dispar estatura y color marrón oscuro, enfocando sus tres pares de pequeños pero furiosos ojos negros en Luxray y Ninetales, y moviendo compulsivamente sus tres narices rosadas y ovaladas. Emitían un sonido persistente a coro, con una voz gruesa y ronca. El Dugtrio se sumergió entonces bajo tierra, desintegrando su Protección y dejando solo a Hypno, quién se mostraba ya menos calmo y, por alguna razón, frustrado. Quizás por haber requerido ayuda de otro pokémon para una batalla que estaba seguro ganaría fácilmente.
-¡Bah! –refunfuñó el tipo rapado, hundiendo una mano en el bolsillo y apoyándose sobre su bate de béisbol como si de un bastón se tratase-, ¡siempre con esa tendencia de mostrar tus pokémon sorpresivamente y a último momento!
-¡Mierda, ya estoy harto de esta batalla, quiero terminar de una vez con todo esto! –rugió Kazuki acercando las manos a dos pokébolas en su cinturón. Definitivamente se había cansado de aquella interminable secuencia de ataques y explosiones. Era hora de asestar el golpe final.
-¡Tené cuidado, Kazu, Dugtrio puede surgir por cualquier--¡
La advertencia de la muchacha de cabello caoba fue interrumpida por un ensordecedor estruendo que sacudió el suelo de tal forma que la tierra se levantó y desprendió, creando un movimiento tan brusco que parecía una ola de agua. Kazuki cayó al suelo pegándose un buen golpe en su hombro y soltando un fuerte alarido que enmudeció ante el terrible sonido del Terremoto ocasionado por Dugtrio bajo tierra. Las vivas y ardientes llamas se agitaban al compás del temblor, que obligó a Haruko a retirar, torpemente, a su felina eléctrica recluyéndola en su pokébola. Aún sin poder levantarse, y escuchando como no muy lejos de allí se desplomaba un árbol, Kazuki sacó como pudo su pokébola regresando a su Ninetales. Hypno simplemente desapareció, seguramente teletransportándose hacia otro sitio más seguro. Ninguno de los dos criminales Rocket parecía ser afectado por el temblor; quizás un poco sí el rapado sujeto del bate, que intentaba como podía mantener el equilibrio, pero su compañero No Voice parecía más relajado y calmo que nunca, ignorando las fuertes llamas que los rodeaban. Los dos policías y sus pokémon habían caído al suelo, al parecer libres de las telarañas de Ariados, pero aún inmóviles a causa de la fuerte presión psíquica que Hypno les estaba oponiendo desde algún lugar de la zona. Haruko decidió entonces que era el fin de la pelea, y ágilmente corrió y salto eludiendo los trozos de tierra que comenzaban a figurarse y los bloques que se elevaban unos cuantos centímetros por la fuerza interna del Terremoto, acercándose a los “rehenes” de los Rocket. Pasó muy cerca del delgado sujeto de ojos pequeños, quién apenas la notó cerca aferró sus puños al bate y se preparó para lanzar un mortal golpe, siendo detenido en seco por un imponente rugido. El rugido fue tan potente que incluso detuvo el ataque subterráneo de Dugtrio, y obligó a todos los presentes a elevar la cabeza. No había nada allí arriba, de dónde provino el fuerte rugido pokémon. El Rocket blandió nuevamente su bate listo para golpear, pero Haruko se había alejado bastante, intentando en vano mover a los oficiales de policía. La energía psíquica que Hypno ejercía sobre sus cuerpos era impresionante, aún luego de haberlo visto ella misma bastante agotado por la batalla. Kazuki alcanzó a ponerse de pie, sujetándose el hombro con fuerza y formando una mueca de profundo dolor y odio en su rostro. Y antes de que pudiera decir nada, la tierra volvió a resquebrajarse, y el Terremoto retomó su furia, agitando y sacudiendo todo. El fuego se agitó también, rozando por poco el rostro de Haruko, quién logró saltar hacia atrás a tiempo. La situación empeoraba, pero esta vez Kazuki no se rendiría tan fácilmente, esta vez no caería.
-¡Decile a esa estúpida cosa que pare! –imperó, fuera de sí, dirigiéndose a No Voice. No hubo respuesta-. ¡¿No ven que están destrozando todo?! ¡¿Qué mierda es lo que quieren?!
Silencio nuevamente. El pelinegro escupió algo de sangre, y luego sus ojos dorados se bañaron en determinación.
Comenzó a correr endemoniadamente y con toda la fuerza que sus adoloridas piernas le permitían, sorteando pequeños bloques de tierra que se elevaban o desestabilizaban, el fuego y las pequeñas rocas que salían disparadas en todas direcciones. Se acercó al Rocket de cabello rojo, quién lo observaba con desdén y aires de superioridad, aunque con su siempre firme y seria expresión en el pálido rostro. Un batazo rápido y contundente lo atacó, pero Kazuki fue más rápido y se agachó un instante para eludirlo a tiempo, y luego se impulso con sus dos piernas –sintiendo el “crack” de algún hueso o músculo herido por tal esfuerzo- y lanzó un fortísimo golpe directo a su rostro, que para su sorpresa fue detenido en seco por el sujeto de negro. Incluso a tan corta distancia, al pelinegro le costaba distinguir una mirada, una mínima expresión en sus ojos. Había al fin movido uno de sus brazos, torciéndolo hacia arriba y sujetando con una mano el puño de Kazuki, apretándolo con fuerza. La tierra bajo sus pies se resquebrajaba más y más, y Haruko ya estaba exhausta de intentar, en vano, liberar a policías y pokémon de aquella fuerte prisión psíquica. La tierra que se partía en dos, el fuego que no paraba de crecer e incendiarlo todo, el humo, la desquiciada risa del tipo del bate, la penetrante y apagada mirada de No Voice, los gritos desesperados de fondo de Haruko ante la impotencia de no poder liberar a los rehenes…
¿Realmente era el final? Porque Kazuki estaba seguro de que si aquello fuese ilustrado en una pintura y el nombre de dicha obra fuese “El Fin”, le quedaría excelentemente bien. Sí, tenía que ser el final. El mismo endemoniado rugido volvió a hacerse resonar, y el pelinegro no pudo hacer más que, ya muerto de miedo por caer en la cuenta de en qué clase de situación estaba, cerrar sus ojos con fuerza, aguardando lo peor. Sus dos oídos oyeron todo con toda la claridad de la que fueron capaces: una fuerte ráfaga de viento golpeó su rostro, era un viento muy cálido, tibio. Luego, se volvió a escuchar otro rugido mucho más cercano, casi justo sobre su cabeza, y el calor aumentó. Un grito de alguna persona, que no parecía ser Haruko, y luego algo que lo tomó con fuerza del cuello de su camisa verde bruscamente, elevándolo.
-“Así que esto es morir” –sonrió, impotente, el muchacho campesino. Quizás deseando tristemente que su viaje hubiese durado más. Pero no, no se podía rendir así de fácil. Sintió que podía abrir los ojos, y así lo hizo.
Se encontraba ya a varios metros del incendiado pasto, y los incendiados árboles, y apenas podía distinguir la figura de ambos Rockets en lo bajo, observándolo. ¿Observándolos? El pelinegro sintió que era apoyado en algún lugar, notando que se encontraba sobre el lomo de una inmensa criatura de piel anaranjada e imponentes alas que se agitaban con furia elevándose en el cielo. Delante suyo estaba Haruko, paralizada, y delante de ella, casi sobre el cuello de la bestia, se hallaba un muchacho de cabellos plateados. La bestia volvió a rugir, imponente, y aceleró, alejándose por fin del infierno.
Kazuki cayó inconciente en ese momento, apoyando su cabeza en la espalda de la chica. Alguien los había salvado a tiempo, pero la batalla contra esos dos Rockets estaba perdida.

Una hora después.

El escenario de la anterior batalla estaba en un estado completamente lamentable tras el incendio y el temblor. Suelo destrozado, rocas por doquier, pasto y árboles carbonizados, aún algo de humo… y los dos pobres policías, impotentes y con una expresión de infinito dolor y sufrimiento en los rostros sólo podían contemplar cómo el Rocket del bate apaciguaba tranquilamente las llamas, golpeándolas con su bate y soplando divertidamente; sus pokémon, Houndour y Growlithe ya no se movían. No Voice se les acercó. Durante todo ese rato, desde que el dragón surgió de la nada, nadie había notado que el Rocket vestido de negro estaba allí. Les sonrió amablemente.
-Parece que los que peor la pasaron acá fueron ustedes, ¿no? –se sentó cómodamente a su lado, con piernas flexionadas y brazos reposando sobre sus rodillas, mirando al cielo cubierto por árboles.
Ambos policías ni siquiera podían abrir la boca debido a la enorme presión psíquica que Hypno no paraba de ejercer sobre ellos. En caso de haber querido responder afirmativamente, no podían tampoco mover la cabeza asintiendo. Nada.
-¡Ah! –se percató entonces el pelirrojo-. Qué tonto, lo siento, es cierto que no pueden. En todo caso, sólo quiero hacer una pregunta. No, no es necesario que la respondan, pero creo que puedo saber la respuesta con sólo mirarlos.
Los oficiales de policía estaban ciertamente aterrados. Sin importar el uniforme que vistiesen, ambos seguían siendo humanos. Humanos indefensos ante dos monstruos.
-¿Quieren seguir viviendo, no?
La preciosa, sincera, cálida y amena sonrisa formada en el blanco rostro del Rocket no pudo sino incrementar aún más el terror de los dos pobres tipos. De fondo se escuchaba al delgado muchacho del bate tarareando feliz una alegre canción, seguido por los golpes de su bate contra las poquísimas llamas que aún luchaban por crecer.
-Yo también.
Entonces, su colega dejó de canturrear y el bate ya no se escuchó. Apenas oyeron unos lentos y relajados pasos que se aproximaban hacia ellos. Esos dos policías no podían siquiera temblar del miedo, era como si hubiesen despertado en medio de la operación por un mal efecto de la anestesia, completamente concientes y a merced de lo que podían hacer con ellos. Era una pesadilla.
-Y siguiendo la lógica –comenzó tranquilamente No Voice, arrastrando las palabras. Su voz era calma, pero tan apagada y vacía como su mirada, uno no podía descifrar lo que diría luego-, ustedes no pueden seguir viviendo. No sería prudente dejarlos vivir.
Su sonrisa entonces se curvó nuevamente hacia abajo, quedando nuevamente serio, apagado, casi como si alguien le hubiese quitado las pilas por la espalda. Sintieron entonces que la fuerza psíquica ejercida sobre ellos había cesado. Ya se podían mover, y sin embargo no hicieron el más mínimo esfuerzo por levantarse, gritar, llorar, o lo que fuese. No podían.
-¿Solución? –preguntó por última vez, pero no a ellos. Elevó un poco su mirada, detrás de sus cabezas. -¿Vos tenés alguna, Striker?
Un contundente y sólido golpe en sus nucas los derribó en el acto. El silencio envolvió el lugar durante eternos segundos, y luego el tipo del bate continuó su labor, relajado, y volviendo a tararear la misma canción de antes.
Unos instantes más tarde, todo el cuerpo policiaco de la zona estaba allí, tanto humanos como pokémon de todo tipo y tamaño, pero en aquél lugar que había conocido el desastre sólo hallaron los cuerpos de sus colegas. No había rastro ni de sus pokémon, ni de los dos Rocket.

• Continuará •

[color="Navy"]- Kazu: Esos dos hijos de puta… No voy a descansar hasta matarlos. Lo juro.[/color]
[color="SeaGreen"]- Haruko: Relajate un poco, Kazu… La policía ya los va a encontrar. No quiero que hagas ninguna locura imprudente.[/color]
[color="Navy"]- Kazu: ¡Tsk! Cómo si fuera tan fácil no hacerlas luego de que dos locos casi me matan.[/color]
[color="SeaGreen"]- Haruko: Casi NOS matan.[/color]
[color="Navy"]- Kazu: ¿Y quién es el que nos salvó? ¡No entiendo nada![/color]
[color="SeaGreen"]- Haruko: Próximo capítulo de Pokémon Dreamers: “Los hermanos Ikeda”.[/color]

[Araña]

LA DESCRIPCIÓN DE LA PELEA POR DIOS!
Fue mágico, como que si te lo ibas imaginando te dabas cuenta de que la situación era un quilombo, pero se te hacia re fácil seguirlo
Espero con ansias el próximo x3

[Gonzaa]

Tommy perdón por no leerlo xD Prometo que la semana que viene me pongo al día (solo leí el primero D: ). Solo te digo que, sin haber leído nada más que las respuestas de los lectores, uno quiere leerlo, asique no es sanata xD (aunque creo que te hice un Sabrina =P)

[Tommy]

Que bueno que sigan leyendo y gozando. *o*

No voy a dejar morir esto eh, ahora estoy tardando un poquito más porque es fin de trimestre en mi secu y estoy ocupando mucho tiempo en trabajos practicos que salven notas y eso. xD!
Pero el capítulo va bien, ya debe haber más de la mitad escrito.

[shiny scyther]

Al fin lo lei, me habia olvidado q habias subido este capitulo. Veo que te copaste mal con inglorious basterds tenes q ver reservoir dogs tambien

Muy buena onda, quiero ver quien es el misterioso muchacho de pelo plateado y barney naranja

[Tommy]

Barney?

[Danot Okino]

Bueno, leído ya

Pues bien, el capítulo 4 ha sido ciertamente un quiebre interesante en la tónica dominante de la historia, donde una apresurada salida de Ecruteak y lo que parecía ser una batalla Pokémon más devinieron en un furtivo encuentro con el nefasto Equipo Rocket (afortunadamente para la historia y los lectores, se trata de la versión amenazante =P); tras develarse el engaño de parte del aparentemente patético muchacho rapado y la captura de los policías (trampa de la que no sabemos aún el objetivo), el peculiar No Voice detectó la presencia de Kazu y le obligó a salir de su escondite, mas la dinámica entrada de Haru ha conducido a lo que promete ser una encarnizada lucha contra los temibles Rockets D:

Con respecto del episodio 5, se dio una lucha sin cuartel entre el duo protagónico y los Rockets, en principio con la ventaja ligeramente inclinada hacia los primeros, pero con la aparición de Hypno, y luego la de Dugtrio, las cosas se pusieron muy feas para Kazu y Haru, quienes al final tuvieron que ser salvados por un desconocido y su Dragonite, en tanto No Voice y Striker se limitaron a hacer lo que necesitaban o.O

A nivel técnico, bueno, por dónde empezar hmm... un buen ritmo narrativo y descripciones sencillas pero efectivas, una redacción limpia que permite una lectura llevadera, caracterizaciones bastante logradas (en particular, me impresionó la parsimonia No Voice y su breve pero significativo cambio durante su "conversación" con los indefensos policías) y cuotas de emoción durante el combate llevaron a que ésta fuera una lectura agradable y entretenida, que lleva a preguntarse qué trama se oculta detrás de lo que parece ser sólo una secuencia de eventos o.O A pesar de lo mencionado, esto también tiene aún sus pegas, mayormente relacionadas al apartado ortográfico: tildes ausentes donde debían ir y presentes donde no, manejo irregular de la concordancia gramatical, uno que otro error (pero nunca tanto como en fics anteriores, eso es un progreso =P) y un fallo con el nombre de Drifloon (llamado "Drifloom" por lo menos un par de veces ); esas cosas son en las que se puede trabajar, nomás para hacer que la presentación de la historia sea más limpia

• Danot: Aaah mi viejo y querido fanwritter senpai, realmente pensé que ya te habías rendido con mis fics, sabiendo que siempre los dejo muertos y tristes. Rezémosle a Arceus para que eso no vuelva a suceder. ¡Gracias por tus siempre acertados reviews, en serio me ayudan mucho! Y sí, también tengo en mente eso de no mezclar el neutro con el criollo, así que creo que voy a empezar a inclinarme del todo por el segundo. Sin exagerar con modismos que quizás no puedan entender las personas de otros lugares del mundo. xD

Pues ya ves que no, siempre es agradable leer algo tuyo xD
En cuanto al criollo, úsalo si te es agradable, al menos para mí es indiferente, dado el laaaargo tiempo que he estado en este foro =P

-Ajá, y eso me explica todo tan perfectamente que ya no necesitaré volver a preguntar nada –gruñó el pelinegro sarcásticamente. -. ¿Sabes? A veces creo que tenés conexiones con la mafia o algo por el estilo.

Kazu, Zaku (?), quizá tengas más razón de la que piensas (!)

En fin, esto es todo por ahora; nos vemos en el siguiente comentario =D

[Softness]

Bueno, antes que nada, estaba PAseandome por aquí, redactando parte del comment de todo TH cuando derepente me metí a la zona fics de PA, y pues... me topé con este fic. xD La narración del prólogo se me hizo tan sencilla y ágil que en nada ya había leído el prólogo. Y pues comento ahora de mis impresiones, porque luego se me olvida... o algo. xD

La historia se ve realmente sencilla. Tomando en cuenta que (por ahora, no sé que plot twist drásticos le llegues a poner) es el aparente viaje al mundo exterior de Kazu. Iba a decir "viaje Pokémon", pero más bien lo que le interesa a Kazu es largarse, no atrapar a un Garchomp y convertirse en maestro Pokémon. xD el Pokémon que le da su hermana es más como en plan "para que te proteja. ".

Lo que más me sorprendió, como ya había dicho, fue la narración. Y realmente te felicito desde ahora, porque no es nada fácil hacer una narración rápida y sencilla, lo sé por experiencia. Algunos fan-writters que conosco se van mucho por las ramas, cosa que resulta divertido porque le agrega un montón de detalles a una simple escena, sí... pero le quita mucha agilidad. Y eso cuando agarra al lector desprevenido le puede molestar muchísimo.

Y bueno, creo que me faltan 5 capítulos para leer todo lo que llevas. xD Pero bueno, al parecer está en estado TH, por lo que sí creo que me dará tiempo suficiente como para terminarlos todos antes de que lo revivas con un nuevo capítulo. Además de eso no son muy largos, son a lo mucho como 3/4 de uno de TH. xD

Y pues bueno, eso es todo por ahora. Bye~

EDIT: Ah, sí, casi lo olvidaba. En el pasado hubiera dicho algo como: "AH LA CONCHA DE LA LORA, USA LENGUAJE NEUTRAL!!! wdqDEFJKSDFwd" (?) pero una se acostumbra a PA lo suficiente como para amar los modismos argentinos. xD

[Tommy]

Muchas gracias por el review, que bueno que hayas notado la muerte (temporal, espero) del fic. xD
Creo que tengo algún capítulo escrito que no subí aún, pero eh... qué paja. Ténganme fe.