[SIZE="4"]Capitulo 4: Los lazos que arden[/SIZE]
La mañana ya se estaba asomando por las colinas de la ciudad, y la luz se filtraba, iluminando la cara a la muchacha que estaba recostada en el césped.
-Ahhhh… ¿Ya es de día?- Un bostezo se le escapaba, despertando tambien a la pequeña ratita amarilla que dormía a su lado
-Pichu… pii- La criaturita le sonrió, y se le subió al hombro.
Hikari se puso de pie mientras guardaba todas sus cosas en la mochila, y la ira volvía a apoderarse de ella, recordando lo que había pasado la noche anterior.
-Ese idiota…- miró para un costado y allí estaba, aún durmiendo bajo la sombra de otro arbol- Ahora va a ver…- Se dirigió donde él se hallaba, lo volvió a mirar, y le pegó una patada en la pierna muy fuerte, acto seguido se fue caminando tranquilamente hacia el gimnasio.
-¡Ahh, pero que…!- El pobre chico despertó con un dolor tremendo, y pudo ver al incorporarse, a Hikari alejandose- Me las va a pagar…-
-Chaar char chaar- En la cima del arbol, Charmeleon se reía ruidosamente, y no parecía consternado por el dolor de su entrenador.
-Vamos… baja de ahí- le dijo malhumorado- Tenemos que ir a ganar la medalla- El pokemon al escuchar esto bajó de un salto, y mostró sus garras, ansioso por una pelea.
-No te emociones tanto, no creo que sea dificil- Miró hacia un enorme edificio que se veía a lo lejos- Debe ser allí, hay que apurarse.
El enorme rascacielos se hacía cada vez más imponente, y él se preguntaba si el lider sería alguien con mucho dinero, para poder vivir en semejante lugar
Antes de darse cuenta, se hallaban frente a dos puertas de cristal, elaboradamente talladas con figuras de varios pokemon, Toushi se quedó comtemplandolo un rato, hasta que reaccionó y pasó adentro, donde habia bastante gente dando vueltas, seguramente tambíen ese lugar cumpliría la funcion de hotel.
-Buenos días señor, ¿Puedo ayudarlo en algo?- Dijo un chico bajito y delgado que seguramente trabajaba allí.
-Ehmm… solamente buscaba al gym leader, me imagino que está en la cima del edificio- Contestó el.
-Se equivoca señor, no desde el, ehmm… incidente de hace unos años atrás, al nuevo líder le gusta recibir a sus retadores en el sótano, que es un pequeño campo aquí al lado del edificio.- El chico señaló la puerta que llevaba a tal lugar.- Pero le advierto, no se recomienda retar al líder a menos que se tengan como mínimo 6 medallas, ya que es realmente poderoso.
Toushi soltó una carcajada.
-Bueno, no se pierde nada por probar, ¿Verdad Charmeleon?- El reptil de fuego lo miró con ojos ardientes, ¿Con que su oponente sería muy fuerte?
Se encaminó hacia la puerta, al abrirla se pudo divisar un pequeño tunel, del otro lado había un estadio, mal iluminado, solamente unas pocas lámparas estaban encendidas.
Al parecer había alguien mas ahí, del lado del retador, Toushi se acercó un poco para ver quién era, y quedo de hielo al ver a esa chica voltearse, mientras se sonrojaba, sin duda era ella.
-¿¡Que estas haciendo aquí!?- Dijo Hikari avergonzada- Creí que ibas a venir más tarde.
-No pense que fuera necesario esperar, y además, yo podria hacerte la misma pregunta, ¿Por qué estas aquí?- Toushi abrió mucho los ojos- No me digas que vas a tomar el desafío de los lideres de Gimnasio.
-¿Y qué si quiero hacerlo?- Le contestó ella desafiante.- Yo siempre quise ser entrenadora.-
-Dudo mucho que tengas madera para eso- Miró al Pichu furioso que estaba en el hombro de la chica- Pero ¿Por qué me lo ocultarías? No creo que te importe mucho.-
-Bueno, yo…- Hikari bajo la mirada - Supongo que ya lo averiguaras.
Antes de que éste pudiera replicarle, la puerta del otro lado del campo se abrió, pero lo único que ambos pudieron ver fue una figura oscura y alta, todo estaba demasiado negro.
-Soy el lider de Violet City, díganme sus nombres, y quién va a luchar primero- La voz de ese chico resonó en todo el lugar, era tétrica, pero a la vez burlona, como si se estuviera riendo de ellos.
-¡Yo voy a ser la que te desafíe!- gritó muy potentemente Hikari, mientras se dirigía a su lado para luchar, se la veía muy segura, aunque en el fondo estuviera asustada- espero… que no me hayas olvidado.-
Pasaron algunos segundos, del otro lado, el líder parecía haberse quedado momentáneamente sin habla.
-Wow… me sorprende, viniste.- Dijo por fin- Esto va a ser muy interesante.
De repente una corriente de electricidad asombrosa pasó por todas las lámparas, encendiéndolas e iluminando el lugar entero.
Toushi pudo verlo bien entonces, era un chico seguramente un par de años mayor que él, bastante más alto, de unos penetrantes ojos rojizos, y el pelo tan blanco cómo el de Hikari.
-Por fin viniste a visitarme, “Hermanita”.- Dijo poniendo énfasis en la última palabra, Toushi abrió mucho la boca, sorprendido, y ella se sonrojó levemente.
-Yo… te extrañé, Zero.- Hikari lo miró tímidamente, y sonriendo.
-En ese caso, supongo que seguiras siendo igual de débil que antes- Clavó su mirada en el pokemon eléctrico que estaba sobre sus hombros- Tu miedo al cambio es prueba de ello, por eso aún conservas a Pichu intacto.
-“¿Que quizo decir con intacto?”- Pensó Toushi sin entender nada.
La mirada de Hikari fue de tristeza por un momento, pero al instante volvio a adoptar su pose desafiante, y sus ojos que reflejaban enojo- ¡No voy a perder esta vez! Pichu y yo entrenamos mucho, te voy a demostrar que no necesito hacer “eso” para ganarte
Acto seguido el pequeño pokemon saltó hacia el campo, haciendo salir chispas de sus mejillas.
-Va a ser divertido ver cuanto han “mejorado”, asi que veamos, que tan fuerte se volvieron ustedes dos, ésta va a ser una pelea 1 contra 1, así que no durará mucho.- Sacó una pokebola de su cinturón, y la lanzo fuerte, al abrirse esta mostró una especie de ratón electrico, pero con una mirada que no era para nada tierna, pequeñas descargas se escaparon de sus mejillas, rompiendo un par de vidrios de la pared, ése era el Raichu más imponente que Toushi había visto en su vida.
-Entonces evolucionó…- Hikari parecía mas preocupada que antes- Bueno… eso no importa ¡Es hora de ganar!
Pichu asintió, y se puso en guardia, listo para pelear.
-Siguen teniendo actitud, vamos a ver cómo les va, ¡Raichu, Megapuño!- El enorme roedor sonrió, y al instante desapareció de donde estaba antes, volvió a aparecer frente a pichu, con su puño resplandeciente, listo para acabar la pelea.
Toushi pensó que sería imposible que esquivara eso, pero demostrando una velocidad asombrosa para un pokemon de su especie, Pichu saltó justo a tiempo, cayendo sobre la cabeza del Raichu, y agarrándose a sus orejas.
-Bien, ahora electrocútalo antes de que pueda sacudirse- Le gritó con entusiasmo ella, mientras, con todas sus fuerzas, éste hacía salir de su cuerpo una electricidad tremenda, tan resplandeciente que los dos entrenadores tuvieron que taparse la cara brevemente.
-Eso no va a servir- Se escuchó del otro lado, al mismo tiempo que Pichu salía expulsado gracias a un Cabezazo de su oponente, al parecer su ataque no había tenido el mas mínimo efecto.
-¡Rápido, levántate y embístelo!- Pichu se levantó, pero no sin dificultad, listo para pelear.
-No lo dejes, usa Rayo- Del otro lado, Raichu liberó otra descarga, mucho más grande que la de su oponente, que casi cubre todo el lugar.
Pero no se esperaba que el pequeño pokemon fuera tan veloz, usando Agilidad, éste empezó a correr esquivando el ataque, mientras ocupaba cada hueco posible para no ser herido, y antes de que pudiera reaccionar, Raichu recibió una terrible embestida, que lo tiró varios metros hacia atrás.
De repente el techo del gimnasio comenzó a abrirse, iluminando aún más, pero Hikari pareció no notarlo.
Raichu cayó al suelo, al parecer algo dolorido, pero volvió a levantarse, aunque ahora mas furioso.
-“Mierda, sigue de pie”- Hikari frunció la mirada- ¡Pichu, acabemos con esto, es hora de usar Tacleada de Voltios!
-PIIIIIII- Una especie de brillo amarillo rodeó al pokemon eléctrico, que rápidamente se convirtió en un torrente de energía eléctrica, Pichu corrió con todas las fuerzas que pudo hacia su objetivo, seguro de que esta vez no fallaría
-Acábalo.- La voz de Zero indicaba peligro, acto seguido, el cielo, que ahora era visible gracias a que el techo se había abierto, se volvió negro, y todos entendieron al instante que pasaría, pero ya era tarde.
Un trueno impresionante cayó justo encima de Pichu, envolviéndolo por completo, y encegueciendo a todos, el estruendo fue tan grande que tuvieron que taparse los oídos, cuando el ataque terminó, solamente se veía polvo.
-¡NO! ¡Pichuuuu!- La voz de Hikari había perdido todo tono de seguridad, ahora se veía desesperada, corrió rapidamente al centro del lugar, y cuando el polvo se fue, pudo observar a su pokemon, y soltó un gemido de susto- P…pichu…-
El pelaje de Pichu estaba quemado en las puntas, debido a la descarga, y al parecer le costaba respirar, estaba muy pálido
Ella lo recogió con cuidado, las lágrimas empezaban a salir de sus ojos, que miraban con furia a su hermano- Sos un… sos un…
-No te atrevas a culparme- Dijo éste con un tono de firmeza- Si pasó eso, fue porque eres una pésima entrenadora, no es mi culpa que sigas siendo la niñita débil de siempre.
-¿Por qué… cambiaste?- Esta vez Hikari ya no contenía las lágrimas, y miraba a su hermano con una tristeza indescriptible.
-Porque es la única forma de seguir adelante- La miró a los ojos- Es por eso que no puedes ganar.-
Ella iba a replicar, pero de repente, tres pokebolas que se hallaban en su cinto empezaron a vibrar violentamente, ella las observó un momento, bajó la mirada, y salió corriendo, seguramente hacia el centro pokemon más cercano.
El silencio se apoderó del lugar, Toushi no sabía si ir con ella o quedarse a retar al líder, despúes de todo, parecía extremadamente fuerte, pero de repente una voz sacudió su cabeza “¿Pero en qué estas pensando?” entonces se dio vuelta, mirando a Zero.
-Es mi turno.- Se puso en su lugar- Te voy a corregir esa actitud de mierda que tienes.-
-Que aburrido… supongo que no queda de otra- Volvió a guardar a su Raichu en la pokebola- Vamos a probar con algo nuevo- Agarrando otra, la lanzó, igual que la primera, y al abrirse, salió de ella una enorme serpiente azul, de una belleza increíble, con un cascabel en la cola, y unas alas y un cuerno en la cabeza.
-“Un Dragonair, este líder tiene pokemon muy fuertes”- Pensó Toushi- ¡No importa, Charmeleon, vamos a carbonizar ese gusano!-
Al escuchar esto, el pokemon de fuego rugió muy fuerte, y se puso en posición, mostrándole las garras al oponente.
-Quizá esto no sea tan malo, vamos a ver que puede hacer ese lagarto, Dragonair Pistola de Agua.-
-¡Cuchillada!- Charmeleon saltó justo a tiempo para evadir la bola de agua que se le venía encima, y apenas cayó volvió a saltar, justo encima del dragón, mientras preparaba sus garras para atacar.
-Enróscalo.- Antes de que pudiera terminar su ataque, Charmeleon fue atrapado por Dragonair en pleno salto, quien lo apretaba como una serpiente a su presa, al parecer sin dejarlo escapar- Ahora Pistola de Agua de nuevo.-
-¡Mierda, rápido, Giro Fuego!- Con todo su esfuerzo, trató de obedecer, abriendo su boca y haciendo estallar un remolino de fuego encima de su rival, y así librandose de su agarre.
Charmeleon se incorporó agitado, pero sonriente al ver su obra, un verdadero huracán del infierno envolvía al pokemon dragón, y estaba seguro de que no podría librarse de eso, o almenos eso parecía.
-Torbellino, ahora.-
Para sorpresa de ambos, Toushi y Charmeleon, el enorme fuego se extinguió al instante, y lo reemplazó otro remolino, pero esta vez formado por agua, y mucho mas grande y descontrolado, antes de que siquiera tuviera tiempo de esquivar, el ataque se le vino encima al pokemon de Toushi, inundándolo de agua, y lanzándolo muchos metros hacia atrás, donde cayó pesadamente.
-¡Charmeleon, levántate!- Ordenó el entrenador, pero su pokemon se quedó en el mismo lugar- Vamos… no pudiste haber perdido tan fácil- Seguía sin responder, al parecer el golpe había sido demasiado poderoso.-
-No hay caso, perdiste- Le contestó Zero.- Al igual que la fracasada de mi hermanita, la próxima vez asegúrate de no hacerme perder el tiempo.
Toushi se volteó a verlo con odio, pero no pudo replicar, así que guardo a su Charmeleon en la pokebola, y caminó hacia la salida, lleno de vergüenza por la humillante derrota que había tenido.
Ni siquiera se dio vuelta a ver la cara burlona de su oponente, sólo siguió caminando, hasta que finalmente estuvo en el centro pokemon, con mucho pesar le entregó su pokebola a la enfermera, y se sentó en un banco, cubriéndose la cara con las manos.
-No te sientas mal… es demasiado fuerte- Dijo una voz delante de él.
-Nadie pidió tu opinion- Le contesto de forma algo débil a Hikari.
Ella se sentó a su lado- No te hagas el malo, también estas consternado por haber perdido como yo, aunque sea por razones diferentes.
-Nunca me dijiste que era tu hermano- Esta vez Toushi mostraba algo de interés.
-¡No tenía porque hacerlo!- Le contestó ella sonrojada- Aunque… supongo que lo ibas a descubrir igualmente.
-¿Por qué no me cuentas?- Le dijo sin mucho entusiasmo- Tengo tiempo para escuchar historias de una niña pequeña, y no creo que nuestrso pokemon estén bien hasta mañana- Dijo sonriéndole burlonamente
Ella desvió la mirada hacia Toushi, y los ojos blancos y los marrones se encontraron.
-Supongo que no tengo nada mejor que hacer, te contare…-